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Anna Bosch afirma que ha sido discriminada “en beneficio de mujeres más atractivas que yo”

Anna Bosch afirma que ha sido discriminada "en beneficio de mujeres más atractivas que yo"

EFE

Madrid —

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Curtida en los servicios informativos de TVE, Anna Bosch ha sido corresponsal en los últimos años en Moscú, Washington y Londres. A su vuelta a Madrid mira con perspectiva su carrera y opina que cuando ha sufrido discriminación ha sido en beneficio de mujeres “más atractivas y más dóciles” que ella.

Bosch (Barcelona, 1963) acaba de recibir el Premio de Periodismo Salvador de Madariaga por la “exquisitez” de su estilo narrativo y su “característica manera” de narrar las noticias, además de por su gran adaptación a nuevos formatos informativos, que, a su juicio, no pueden despreciarse, porque si no uno se “automargina”.

En una entrevista con Efe, Bosch reflexiona sobre el periodismo y asegura que si los ciudadanos no valoran la profesión y creen que no tienen medios “independientes y fiables”, es necesario hacer autocrítica.

PREGUNTA: De las corresponsalías en las que has estado, ¿cuál prefieres?

RESPUESTA: Moscú ha sido el destino más duro personal, emocional y profesionalmente, pero también el que me permitió conocer una cultura y un mundo bastante desconocidos en España, y tener otra perspectiva sobre Europa y occidente.

Washington ha sido probablemente el que más he disfrutado profesionalmente -y también el que más me ha exprimido, al que más horas he entregado- porque es la capital del mundo. No hay nada en el mundo que le sea ajeno a la política de los EEUU, y pocas cosas de los EEUU le son ajenas al resto del mundo. Fue apasionante.

Londres ha sido el destino más variopinto (...) Allí lo mismo te toca hacer una crónica sobre la banca en la City que sobre fútbol o moda. Es una corresponsalía que pone a prueba tu ductilidad.

P: “A dedo te mandan a una corresponsalía y a dedo te sustituyen”. De esta manera tan tajante anunciaste tu salida de Londres a través de twitter. ¿Cómo viviste ese momento?

R: Cuando estás haciendo un trabajo que te gusta en un lugar que te gusta no quieres irte. Es humano, así que al igual que no me apeteció dejar Washington tampoco me apeteció dejar Londres. Pero como dije entonces, desde el día en que te llaman a un despacho y te ofrecen ir a una corresponsalía sabes que un día te llamarán para decirte que salgas de ella.

La manera positiva de verlo es pensar que “fue bonito mientras duró”, es decir, valorar y agradecer que pensaran en mí (...) Hasta ahora nunca han quitado a nadie de un sitio para ponerme a mí. Cuando fui de segunda a Moscú fue porque Rosa María Calaf se había ido a abrir la corresponsalía de Hong-Kong. A Washington fui cuando Lorenzo Milá aceptó volver a Madrid para presentar el Telediario 2. Y a Londres fui cuando Miguel Ángel Idígoras ya se había ido a dirigir ETB. Esos comentarios sí me dolieron un poco porque a mis antecesores no los habían echado para ponerme a mí.

P: Las corresponsalías también están sufriendo los efectos de la crisis. ¿Se están convirtiendo los corresponsales en pluriempleados?

R: TVE es -hasta ahora por lo menos- de los pocos medios españoles que tiene a sus corresponsales en unas condiciones de trabajo dignas. Algunos medios quieren presumir de corresponsal, pero los tienen en condiciones indignas (...) La situación de periodista-orquesta se da en lo que algunos directivos han bautizado como corresponsal “low-cost”.

La redacción central de TVE ha empeorado en los ocho años que he estado fuera. Ahora el redactor del telediario además tiene que asumir el montaje del vídeo y otras funciones que no domina (...) Es decir, cuantas más tareas tengamos que asumir más se resentirá la calidad el producto final.

P: ¿Alguna vez en el trabajo te has sentido discriminada por ser mujer? ¿Has tenido que trabajar más que un hombre para estar dónde estas?

R: Mirándolo con perspectiva he llegado a la conclusión de que las veces que he sufrido discriminación de género ha sido en forma de paternalismo por parte de mis jefes cuando era joven y, luego, discriminación no en beneficio de un hombre, sino de otras mujeres, mujeres más atractivas y más dóciles que yo. El machismo no siempre consiste en promocionar a un hombre, a veces está en el tipo de mujer que promocionas.

P: ¿Qué se necesita para ser un buen comunicador?

R: En televisión se suele decir que la cámara te quiere o no te quiere. Hay quien “traspasa” la cámara y quien no. Es un medio muy déspota y no está directamente vinculado con ser fotogénico y tener buena voz (...) Es un oficio y hay que aprenderlo y ejercitarlo, coger tablas, pero si la cámara no te quiere y no traspasas, no hay nada que hacer.

P: ¿Cómo ves la situación actual del periodismo? ¿Hacia dónde van los medios de comunicación?

R: Es una situación de crisis y desconcierto general de todos los medios en todos los países. Internet ha cambiado los hábitos del público y no sabemos aún qué modelo funcionará en esta nueva era. La cuestión vital y el problema de fondo es que el público se ha acostumbrado a que la información en internet es gratis, pero hacer esa información no es gratis. Hacer información es caro y hacer buena información es muy caro. ¿Cómo financiar el periodismo en la red? Esa es la cuestión. Un articulista del New York Times dijo hace unos pocos años que el público tendría en el futuro el periodismo que esté dispuesto a pagar.

P: ¿Cuál es tu relación con las nuevas tecnologías?

R: No soy de las que van en avanzadilla. Primero observo las novedades y cuando considero que son útiles y/o necesarias me zambullo en ellas, como me ha pasado con los blogs o twitter. No se pueden despreciar esas nuevas plataformas porque entones te quedas al margen de muchas cosas que pasan, te automarginas, pero hay que tener cautela y relativizar su fiabilidad y trascendencia.

P: En los últimos tiempos en televisión han proliferado las tertulias de cualquier índole. ¿Crees que cualquiera puede ser tertuliano?

R: Cada vez entiendo menos la lógica periodística de las tertulias como algo cotidiano. Como público agradezco que me hablen de los temas personas expertas en la materia desde distintos puntos de vista (...) pero cuesta más trabajo estar buscando expertos todos los días que tener una plantilla de tertulianos. Y cuesta menos llenar una hora con esos tertulianos que con reportajes elaborados.

P: ¿Consideras que a día de hoy las tertulias políticas recurren a la fórmula de “debates espectáculo” para garantizar el crecimiento de los índices de audiencia?

R: Si el objetivo de quien organiza una tertulia es que haya el mayor ruido posible, cuanta más bronca mejor, puede que logre audiencia, pero es difícil que genere un debate que haga escuchar y reflexionar.

P: ¿Crees que en España, a diferencia de muchos países los medios de comunicación están excesivamente politizados?

R: Una cosa es tener una línea editorial y decantarse abiertamente por una opción política (en los EEUU y el Reino Unido los periódicos apoyan directamente a un candidato y piden el voto por él) y otra es que esa opción editorial les lleve a ocultar o manipular la información. El problema grave es si el rigor y la valoración en la información se supedita a los intereses políticos o empresariales, que también se da el caso.

Raquel de Blas

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