Apelan a los sanitarios a que se unan a la lucha contra la mutilación genital

Unicef, el Fondo de Población de las Naciones Unidas, la Confederación Internacional de Parteras y la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia han hecho un llamamiento a los trabajadores de la salud de todo el mundo para que se movilicen contra la mutilación genital femenina (MGF).

En el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina, estas organizaciones reclaman, en un comunicado conjunto, a los sanitarios -desde las parteras y enfermeras hasta los obstetras y ginecólogos- a movilizarse contra esta práctica peligrosa y profundamente nociva.

“Los trabajadores de la salud de primera línea tienen conocimiento directo de la dinámica social de las comunidades donde prestan sus servicios y de las normas sociales que perpetúan la mutilación genital, y pueden acelerar el rápido descenso del apoyo a la práctica; sus pacientes los conocen y confían en ellos”, destacan.

Las organizaciones recuerdan que los trabajadores de la salud tienen además una comprensión profunda de las consecuencias nocivas de esta práctica, ya que ven las complicaciones urinarias, menstruales y obstétricas -incluidas hemorragias, infecciones y muertes- que provoca, junto al daño emocional que acarrea y que suele durar toda la vida.

Por ello, en esta conmemoración, estas organizaciones internacionales reivindican el papel de estos profesionales para liderar “el esfuerzo por resistir una perturbadora tendencia que ha surgido en muchos países, que es la medicalización de esta práctica”

Alrededor de una de cada cinco niñas ha sido mutilada por un profesional de la salud cualificado. En algunos países puede tratarse de hasta tres de cada cuatro niñas, indica.

La MGF es ilegal en muchos países y los encargados de atención de la salud que la practican en esos países están violando la ley, pero en todos los países, sea o no legal, los encargados de atención de la salud que la practican violan los derechos fundamentales de las niñas y las mujeres, concluye.