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La Policía busca un destino cómodo al mando de los antidisturbios condenado por conducir borracho

Una imagen de la Unidad de Intervención Policial

Pedro Águeda

La Dirección General de la Policía ha considerado que la multa de 1.920 euros que impuso un tribunal a Ricardo L.P. y la destitución al frente de los antidisturbios en Navarra es suficiente castigo por conducir triplicando la tasa de alcoholemia y en dirección contraria. El mando policial ha sido destinado a la Jefatura Superior de Policía en Bilbao en comisión de servicio, una figura para la absoluta discrecionalidad en la concesión de los destinos y que, por tratarse de Euskadi, permite al inspector jefe mantener el plus que cobran los miembros del Cuerpo destinados allí o en la Comunidad Foral.

Los hechos tuvieron lugar pasada la medianoche del 18 de diciembre. Una patrulla de la Policía foral detuvo al inspector jefe a la altura de Zizur Mayor, después de que recorriera ocho kilómetros de la A-15 en sentido contrario. El jefe de la VI UIP dio positivo en el control de alcoholemia y, en un juicio rápido celebrado a la semana siguiente, fue condenado a cuatro meses de prisión, sustituidos por una multa a razón de una cuota diaria de 8 euros y 244 días de privación del permiso de conducir.

Según la sentencia, el policía provocó “riesgo para el resto de los usuarios de la vía pública, en concreto de un vehículo que le emitió ráfagas luminosas de aviso al cruzarse con el vehículo conducido por el acusado”. Tras estos hechos, el jefe de los antidisturbios fue apartado de sus funciones.

La tolerancia del Ministerio del Interior y del entorno del condenado con su actuación quedó de manifiesto en el homenaje que le dedicaron el pasado 19 de febrero en Pamplona. El restaurante del Colegio de Médicos de la capital navarra acogió una comida a la que acudieron representantes de las fuerzas del orden y otros poderes públicos, incluidos políticos y jueces. Entre los asistentes, el máximo responsable policial de la Policía en Navarra, Daniel Rodríguez López. El homenajeado llegó a tomar la palabra para referirse a su detención en estado de embriaguez y pedir perdón por lo ocurrido.

Cerca de casa

Fuentes policiales vinculan el trato de favor al condenado con su proximidad al director adjunto operativo, Eugenio Pino, bajo cuyo mando estuvo en Santander. La capital cántabra era el destino del inspector Ricardo L.P. hasta que fue elegido, también por libre designación, para la UIP de Navarra. Con el destino en Bilbao, además de mantener el conocido como “plus del norte”, mantiene la proximidad a la ciudad de la que procede.

Falta por conocer la sanción que le será impuesta al inspector jefe. La Ley Orgánica 4/2010 de Régimen Disciplinario establece como falta grave “embriagarse o consumir drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas fuera del servicio, cuando tales circunstancias tengan carácter habitual o afecten a la imagen del Cuerpo Nacional de Policía”. En este caso puede ser suspendido del servicio entre cinco días y tres meses.

En el pasado, casos similares han sido castigados como falta muy grave por causar con ellos “grave daño a la Administración o a las personas”. La relevancia mediática del asunto podría encajar con el daño a la Administración. En este supuesto, los hechos podrían ser castigados incluso con la expulsión del inspector jefe.

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