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Un artista será juzgado por intentar una performance en una iglesia

El reproductor musical usado para la acción artística / Fiocho

Mario Pais Beiro

El Juzgado de Instrucción número uno de Móstoles juzgará previsiblemente en 2015 a Fiocho, pseudónimo bajo el que se esconde un joven artista de 29 años. La razón: haber puesto en una iglesia de Quijorna (Madrid) un reproductor musical programado para que, tras la misa del 12 de octubre de 2013, sonase un remix del himno del PP con el Cara al Sol.

La acción artística había surgido en la mente del madrileño como denuncia al mercadillo ultraderechista que el Ayuntamiento había organizado en septiembre de ese mismo año en un colegio público de la localidad. Su intención era que el reproductor, escondido en una bolsa tras un confesionario, hiciese sonar la melodía tras la finalización de la homilía, “sin interrumpir la ceremonia”.

El intento de perfomance se truncó por la intervención de terceros que, tras descubrir la bolsa, avisaron a las autoridades creyendo que se trataba de una bomba. Los Tedax procedieron al desalojo de la iglesia y, finalmente, confirmaron que no se trataba más que de un aparato musical.

La Guardia Civil abrió una investigación para esclarecer los hechos, que se ha saldado con la detención de Fiocho y otras tres personas. El artista, que quedó en libertad con cargos tras haber pasado un día en el calabozo, asume todas las culpas. “El único responsable de la acción soy yo, las otras tres personas no han tenido nada que ver, eran meros espectadores”, ha reconocido el artista en conversación con eldiario.es.

Aunque la acusación formal habla de un delito contra los derechos y las libertades públicas por la interrupción de una ceremonia religiosa (que podría acarrearle una pena de entre 3 meses y 6 años de prisión), los informes que la Guardia Civil ha filtrado a los medios lo vinculan a él y a los otros tres acusados con un “grupo radical” de nombre Comando 28.

“Comando 28 es un producto de mi imaginación”

“Comando 28 no existe, es un producto de mi imaginación, un fake creado con el propósito de amparar esta performance artística”, aclara Fiocho. Sin embargo, varios medios dieron por buena la versión de los cuerpos de seguridad del Estado, que se apoyaban principalmente en que la acción había sido recogida en varios blogs de colectivos antifascistas.

El artista, que realiza su doctorado en Arte en Acción en una universidad madrileña, denuncia que buscaron en internet información “pero desecharon aquella que avala mi versión y mi carrera artística”. Fiocho pertenece a varios colectivos artísticos, como El gato con moscas o FM, con los que ha desarrollado parte de su carrera.

Tal es así que para su identificación dieron por buena una imagen que, como explica el propio artista, “es un montaje fotográfico en el que mezclo rasgos de mi cara con el de otras personas, y que ha sido usado como personaje en una de mis acciones artísticas”.

Fiocho cuenta en conversación telefónica con eldiario.es que en todo momento le dejó claro a la Guardia Civil su versión de los hechos, “pero los que llevaban la voz cantante insistían en intentar vincularme con movimientos antifascistas”. “Nuestro propósito estaba alejado de lo que venden ciertos medios”, se queja el acusado.

Algunos medios de comunicación han apuntado desde ha formado un nuevo grupo terrorista hasta que su intención era simular un explosivo para sembrar el caos. “Parece que hay interés por crear grupos terroristas”, expresa Fiocho.

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