El Ayuntamiento pedirá a Cifuentes que no sancione a los menores por el botellón

El Ayuntamiento de Madrid ha conmutado desde enero 41 multas interpuestas a menores por hacer botellón por cursos, en aplicación de la ley de Seguridad Ciudadana, y ahora elabora una propuesta de régimen sancionador alternativo que presentará a la Comunidad para que cambie la ley autonómica.

El delegado del Área de Salud, Seguridad y Emergencias del Consistorio, Javier Barbero, ha presentado esta mañana un programa de prevención de consumo de alcohol en la calle elaborado por el Ayuntamiento tras constatar que el “botellón” es una práctica muy arraigada entre los jóvenes de entre 14 y 25 años.

En la presentación, en la que han participado responsables de Cruz Roja Madrid y de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), que colaboran en la iniciativa, se han explicado varias de las medidas previstas en el programa, como eximir de multas a los menores si participan en programas personalizados a cada caso.

Barbero ha explicado que en este tema hay “una contradicción importante” porque existen dos marcos legales vigentes: la ley de Seguridad Ciudadana de ámbito nacional y la ley de prevención de drogodependencias de la Comunidad de Madrid.

La primera prevé sanciones de entre 100 y 300 euros por hacer botellón y la posibilidad de que los menores conmuten las multas por acciones formativas, mientras que la segunda dicta multas de hasta 600 euros no contempla esa posibilidad.

Barbero ha explicado que, como el número de multas interpuestas demuestra que el sistema sancionador “no da los resultados esperados”, el Ayuntamiento está aplicando la ley nacional y desde enero han sido 41 los menores que han cambiado una multa por un cursos de prevención o tratamiento, adaptado a su situación concreta.

Ha detallado que el Consistorio trabaja en un plan sancionador alternativo que presentará a la Comunidad de Madrid para que ésta acometa los cambios legislativos necesarios para su aplicación

El concejal ha expresado su confianza en que “la Comunidad de Madrid está abierta a reflexionar sobre lo más adecuado para los madrileños, con datos”.

Entre los años 2012 y 2015 se han interpuesto casi 80.000 sanciones a jóvenes por hacer “botellón”, de ellos 800 menores de edad, según las cifras recabadas por el Ayuntamiento.

De ahí la elaboración de un programa que entre otras medidas prevé ampliar las intervenciones en las zonas de “botellón” que hasta ahora hacía la Cruz Roja, a las que se sumarán las de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), con carpas en las que se ofrecerá información y se tratará de concienciar “sin moralinas” y “de tú a tú”, que según han explicado los expertos es lo mas efectivos.

Preguntado por si el hecho de que el Ayuntamiento apruebe la instalación de estas carpas en los lugares en los que se desarrolla una actividad ilegal, pudiendo dar así un posible mensaje de permisividad a los jóvenes, Barbero ha sostenido que los jóvenes “saben diferenciar” y ha defendido que, si no hay problemas, enviar a la Policía sería como “enviar a policías a los centros de drogodependientes”, que no se hace para no ahuyentarles.

“Si no nos acercamos al 'botellón' probablemente estemos equivocando la mirada desde el punto de vista de la prevención, y es una mirada absolutamente necesaria para trabajar cuestiones de salud”, ha dicho el concejal.

Barbero ha asegurado, al ser cuestionado sobre si el Ayuntamiento que dirige Manuel Carmena es más permisivo con el consumo de alcohol y drogas, que “no es un dejación de responsabilidad, sino de que los recursos sean más eficaces”.

El director del área de drogas de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), Josep Rovira, ha respaldado que los jóvenes “van a entender perfectamente” que el hecho de que haya carpas informativas donde hacen botellón no significa que las autoridades apoyen esta actividad ilegal ni que la Policía no pueda intervenir.

Tanto Rovira como el director autonómico de Cruz Roja Juventud, Guillermo Vázquez, han subrayado la importancia y los resultados que da el informar y concienciar a los jóvenes “in situ” sobre los riesgos de tomar alcohol y drogas.