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Ayuntamiento ve imposible prever la caída de un pino como la del sábado

El Ayuntamiento ve imposible prever la caída de un pino como la del sábado

EFE

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La directora general de Gestión de Agua y Zonas Verdes del Ayuntamiento de Madrid, Beatriz García, ha dicho hoy que “es imposible prever” la caída de un árbol como el pino piñonero que provocó la muerte de un niño de cuatro años en el Retiro el pasado sábado porque “el árbol no da ninguna señal”.

Así lo ha expresado en una rueda de prensa junto a la delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés, y el concejal del distrito de Retiro y delegado de Coordinación Territorial y Cooperación Público-Social, Ignacio Murgui, para hacer balance de la situación de El Retiro y del arbolado de la ciudad.

El Gobierno municipal ha expresado sus condolencias por un hecho “tan doloroso” como el fallecimiento del niño y ha ofrecido todo su apoyo a la familia en este momento “tan dramático”.

Sabanés ha explicado que el sábado pasado El Retiro estaba en alerta naranja, con áreas cerradas como las zonas infantiles, las zonas de mayores y las actividades al aire libre, como marca el protocolo de actuación en El Retiro en caso de emergencia meteorológica del año 2016.

La delegada de Medio Ambiente ha explicado que “en ningún momento” se superaron los niveles de velocidad del viento que marca la alerta naranja, pero se decidió que “la medida más prudente” era proceder al cierre del parque.

Este aviso se dio a las 13:00 horas y comenzó el proceso de desalojo, en el que participaron veintidós personas y cinco patrullas, además de los agentes que controlaban las salidas.

En este proceso de desalojo, se van cerrando unas puertas y se mantienen otras abiertas, que cumplen la función de salida, mientras se va “peinando” el parque para redirigir al público hacia las puertas que permanecen abiertas, un proceso que el sábado duró una hora y media por la gran afluencia de público.

Sabanés ha señalado que no fue “una evacuación de emergencia, sino de un proceso ordenado de cierre”.

El árbol era un pino de 53 años y 15 metros, plantado en una zona terriza, de mantenimiento municipal, que cayó en una vía principal, donde se encontraban el padre y el niño fallecido.

La delegada de Medio Ambiente ha apuntado que el pino, según las últimas inspecciones, estaba “en buen estado fitosanitario” y la caída se produjo por “el colapso de la raíz”.

“El árbol no tenía una evidencia de riesgo”, sino que se descompensó y cayó “como consecuencia del viento y la tierra mojada”, ha asegurado.

La directora general de Gestión de Agua y Zonas Verdes ha manifestado que la caída no se produjo por “un problema del árbol”, sino por un problema físico de las circunstancias del suelo, añadidas a la lluvia y el viento. “Es imposible prever este tipo de caídas porque el árbol no da absolutamente ninguna señal”, ha subrayado.

Tras cinco años de sequía, las capas más profundas del suelo se quedan débiles y, después de casi un mes de lluvias, el suelo tiene muchos huecos, de manera que al penetrar el agua, el suelo pierde la capacidad de retener, lo que unido a los fuertes vientos, produce el colapso del árbol, ha detallado García.

La primer ficha de evaluación de riesgo del árbol se elaboró en el año 2014, tuvo dos podas en 2014 y 2017 para rebajar el peso y la copa, y las siguientes inspecciones se realizaron en 2016 y 2017, la última el día 22.

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