Bangladesh consulta a los rohinyás si están dispuestos a volver a Birmania

Las autoridades de Bangladesh han consultado hasta hoy a 235 familias de rohinyás, que forman parte de los más de 700.000 refugiados que huyeron de la violencia en Birmania en 2017, sobre si están dispuestos a iniciar la repatriación al país vecino a partir del jueves.

Bangladesh y Birmania acordaron la semana pasada iniciar la repatriación voluntaria de 3.450 miembros de esa minoría musulmana, después de que en noviembre del año pasado un intento similar fracasara estrepitosamente por falta de voluntarios.

“Ayer 21 familias fueron entrevistadas y hoy han venido 214, a hablar y dar su opinión”, indicó el comisionado bangladesí para la Ayuda a los Refugiados, Abul Kalam, en una rueda de prensa en Cox's Bazar, en el sureste de Bangladesh.

Según la fuente, las entrevistas están siendo realizadas por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en presencia de funcionarios bangladesíes.

Kalam admitió que todavía queda un buen porcentaje sin consultar de las 1.037 familias que han recibido el visto bueno de Birmania.

Esta vez, a diferencia del pasado noviembre, los rohinyás no han huido aterrorizados ante la perspectiva de ser entrevistados por ACNUR, señaló.

“La última vez que tomamos la iniciativa, el 15 de noviembre, hubo pánico entre los rohinyás y muchos huyeron de sus refugios, tenían miedo y no acudieron a las entrevistas de forma espontánea”, dijo Kalam, quien afirmó que la diferencia es que esta vez Bangladesh puede garantizar su seguridad.

El problema es que las autoridades birmanas han acordado reconocer la residencia de los rohinyás en el país pero no su ciudadanía, una de las principales demandas de los refugiados.

El director general para la Organización Internacional del Ministerio birmano de Asuntos Exteriores, Chan Aye, explicó a Efe que el Gobierno tiene previsto proporcionar “Tarjetas de Verificación Nacional (NVC)” a los rohinyás.

Éstos “podrán viajar adonde deseen”, señaló Chan Aye, en referencia a unos documentos que prueban la residencia del portador en Birmania, pero no su ciudadanía, que se arrebató a la inmensa mayoría de los rohinyás a principios de los años noventa.

El éxodo de los rohinyás comenzó el 25 de agosto de 2017, cuando un grupo rebelde de esta comunidad minoritaria lanzó una serie de ataques contra puestos gubernamentales en la región de Rakáin, en el oeste de Birmania, lo que provocó una desproporcionada respuesta del Ejército birmano contra este grupo.

Unos 738.000 rohinyás huyeron a Bangladesh y han permanecido desde entonces en campamentos de refugiados.

Los ataques, acompañados de denuncias de matanzas y violaciones, fueron calificados por el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU de “limpieza étnica de manual” con indicios de “genocidio”.

Birmania no reconoce la nacionalidad de los rohinyás, a los que considera inmigrantes de origen bangladesí y ha sometido a todo tipo de discriminaciones.