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Berlín lucha contra el colapso administrativo para el registro de refugiados

Berlín lucha contra el colapso administrativo para el registro de refugiados

EFE

Berlín —

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Tras la cifra del millón de refugiados que Alemania ha recibido este año hay cientos de miles de personas que no se han registrado aún como solicitantes de asilo, en medio del colapso administrativo que rodea la incesante llegada de inmigrantes y las inclemencias del duro invierno alemán.

“Por favor, no nos filmes la cara, que las autoridades berlinesas no quieren que se nos vea durmiendo a la intemperie”, pide amablemente Omar, un iraní de 21 años, desde el interior del saco de dormir donde pasó la noche ante el edificio de la Oficina de Sanidad y Asuntos Sociales (LaGeSo) de Berlín.

Las carpas instaladas en un patio interior de la LaGeSo, en el corazón del populoso barrio de Moabit, se han convertido en los últimos meses en exponente de las dificultades con que se topan las autoridades de la ciudad-estado y capital alemana para proceder al registro de los peticionarios de asilo.

Omar afirma que lleva ahí cinco días -“otros están aquí desde hace semanas esperando turno”, explica en inglés- y ni siquiera tiene una idea de cuándo será atendiendo, puesto que es un hombre joven y se está dando cierta preferencia a las familias sirias con hijos.

“No, no se permite la entrada de cámaras. Puede filmar desde detrás de la valla, pero sin que se reconozcan rostros”, pide, con cortesía, Georg Hammerlich, un voluntario de la LaGeSo, mientras un compañero suyo tapa con la mano el objetivo.

La situación en esta mañana de diciembre en las carpas del centro de registro es de calma, pese a las decenas de personas que pasaron la noche en sacos de dormir en el exterior y las decenas de familias con niños pequeños que completan los trámites en su interior.

Es una calma algo “forzada”, admite Hammerlich, tras el caos administrativo que precipitó, el día anterior, la dimisión del responsable de la LaGeSo, Franz Allert, presionado por el alcalde-gobernador de Berlín, el socialdemócrata Michael Müller.

Allert tiró la toalla después de que el alcalde le instara a dejar el cargo por considerarlo responsable de la situación vivida en las últimas semanas, con centenares de personas esperando turno e incidentes -en ocasiones, violentos- entre los peticionarios.

Del buen funcionamiento de la LaGeSo depende no sólo el registro de los solicitantes y que se les adjudique un alojamiento, sino también que reciban atención médica y el llamado “dinero de bolsillo” que percibirán mientras se evalúa su caso y se les admite o no como asilados.

La salida de Allert ha derivado en un rifirrafe dentro de la coalición de la ciudad-estado, ya que los socios de Gobierno de Müller -la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside la canciller alemana, Angela Merkel- calificaron hoy de “ejecución pública” lo que fue una “dimisión inducida”.

Müller se ha comprometido a mejorar la situación y, de hecho, a la mañana siguiente se percibían ya los primeros síntomas en esa dirección, con algo más de agilidad en los trámites y la habilitación de dos carpas más -“con calefacción”, destacaba el voluntario- para quienes esperan turno.

Alemania ha recibido ya un millón de refugiados este 2015, cifra que multiplica por cuatro los llegados en 2014 y por tres los de 1992, hasta ahora el año récord en la recepción de peticionarios de asilo por este país, en aquel momento derivada de la crisis de los Balcanes.

El Gobierno de Merkel aprobó ayer la creación de un carné para todos los refugiados y solicitantes de asilo, para tratar de unificar el proceso entre las distintas administraciones, evitar fraudes y contar con información fidedigna sobre las personas que hay en el país.

“Se están articulando muchos mecanismos. Pero hasta que empiece a verse sus frutos pasarán unas semanas”, admitía el voluntario.

Aun cuando se agilice el trámite del registro, los problemas no desaparecerán con la rapidez que todos los implicados desearían.

La Agencia Federal para la Migración y los Refugiados (BAMF) está desbordada con los cientos de miles de solicitudes presentadas y tiene acumulados 355.914 expedientes sin resolver, según datos difundidos por esa entidad hace una semana.

“Estamos a las puertas de la Navidad. Y los vecinos no tenemos por qué convivir con esto todos los días”, lamentaba una ciudadana, mirando a los acampados en sacos de dormir junto a la LaGeSo, camino de uno de los mercadillos del barrio en busca de un abeto navideño.

Por Gemma Casadevall

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