Bolivia se equipara a la región prohibiendo fumar incluso en áreas naturales

Bolivia cuenta desde este jueves con una ley sobre consumo de tabaco que equipara al país al conjunto de Suramérica, con la prohibición de fumar incluso en espacios naturales para preservar el medio ambiente.

La ley prohíbe fumar a cien metros de áreas naturales protegidas y de ríos y lagos, al advertir que el tabaquismo daña el medio ambiente además de la salud, según se destacó durante su promulgación en La Paz.

La presidenta de la Asamblea Legislativa o Parlamento boliviano, Eva Copa, fue la encargada de promulgar la Ley de Prevención y Control al Consumo de los Productos de Tabaco, en un acto ante representantes de entidades como la Sociedad Boliviana de Cardiología.

“Esta ley se trabajó con distintos profesionales, doctores, cardiólogos, con fundaciones, todo con el objetivo de prevenir el consumo del tabaco y los problemas cardiacos para que las familias se sientan seguras en lugares donde se podía encontrar a personas que fuman”, comentó Copa durante el acto.

La norma prohíbe fumar en locales públicos y en lugares de esparcimiento, entre otros, tras un trabajo desde 2016 para establecer un marco normativo sobre el consumo y la exposición al tabaco para reducir sus efectos en la salud de la población.

El 25 por ciento de la población adulta consume tabaco en Bolivia, el único país que quedaba en Sudamérica sin una norma con rango de ley en esta materia, según se puso de manifiesto durante su tramitación.

La edad de inicio del consumo de tabaco comienza a los 13 años en el país, donde el tabaquismo provoca doce muertes diarias, unas 4.400 al año, con un costo estimado al sistema de salud de al menos 249 millones de dólares anuales, cerca del 12 por ciento del gasto sanitario, según datos oficiales.

La norma prohíbe fumar en lugares de trabajo, medios de transporte colectivo, centros de salud, escuelas, comercios, restaurantes, discotecas, cines y teatros, además de espacios abiertos donde haya acontecimientos deportivos.

Además restringe la venta de tabaco a menores de 18 años y el comercio de cigarrillos sueltos, a la vez que prevé programas gubernamentales para el abandono del hábito de fumar.