Camboya dice que no permitirá construir una base naval china en su territorio

El primer ministro de Camboya, Hun Sen, dijo hoy que no permitirá que se establezcan bases militares extranjeras en el país, en respuesta a una información periodística que denunciaba la intención de China construir ahí una base naval.

Según el portal Asia Times, que citó fuentes diplomáticas y analistas, Pekín quiere aprovechar como base para su Marina un megaproyecto de desarrollo en la provincia de Koh Kong, en la frontera con Tailandia, que incluye un puerto de mercancías, hoteles, apartamentos, hospital y aeropuerto.

El proyecto parte de una concesión a 99 años a una empresa china en 2008 y afecta al 20 por ciento del litoral camboyano, donde se prevé una inversión de 3.800 millones de dólares, aunque se desconoce su estado de desarrollo.

“¿Debería Camboya violar su propia Constitución?”, dijo Hun Sen durante una reunión del consejo de ministros, según el portal progubernamental Fresh News.

El mandatario señaló que la Constitución prohíbe la presencia en el país de tropas o bases extranjeras y que las Fuerzas Armadas camboyanas participen en operaciones militares de ningún país que no sean misiones de la ONU.

“Camboya no quiere a extranjeros luchando en territorio camboyano como en el pasado ni quiere ser el lugar donde se pongan a prueba armas o ideologías. Camboya quiere ser amiga de todas las naciones del mundo”, añadió.

Hun Sen aseguró que expondrá esta posición al vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, que le envió una carta pidiéndole explicaciones durante su viaje por la región para participar en las reuniones de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN) y el APEC de la semana pasada.

Camboya es el principal aliado de China en el Sudeste Asiático y ha defendido los intereses de Pekín en el seno de la ASEAN, donde varios de sus socios mantienen una disputa territorial con el gigante asiático en el mar de China Meridional.

China es desde 2013 la principal fuente de inversión extranjera de Phnom Penh, con unos 6.300 millones de dólares en 2017, según datos de un foro de empresarios de los dos países.