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Cerco al Dáesh: el cierre de páginas yihadistas se multiplica por ocho

Detención en Zaragoza de un ciudadano marroquí acusado de autoadoctrinamiento y difusión de propaganda yihadista el pasado mes de enero.

EFE

Madrid —

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El cerco a Dáesh se estrecha y ya le está costando encontrar hueco en el espacio virtual para difundir su propaganda y captar adeptos. Se le complica aún más desde que la plataforma Telegram se ha comprometido a retirar contenidos radicales y de los 6.000 canales que cerraba al mes ha pasado a los 44.000 en noviembre.

Solo en los cuatro primeros días de diciembre ha cerrado 16.837, resaltan a Efe el teniente coronel Francisco José Vázquez y el comandante Oliver Pérez, de la Jefatura del Servicio de Información de la Guardia Civil dedicados a la lucha contra el terrorismo yihadista e internacional.

La Guardia Civil participó recientemente en una operación de clausura de espacios virtuales de Dáesh en la que, coordinada por Europol y Eurojust y liderado por España y Bélgica, participaron 11 países de la Unión Europea y el FBI estadounidense. En solo 24 horas se deshicieron de 26.000 páginas con contenidos yihadistas del también conocido como Estado Islámico.

“Sin radicalización no hay terrorismo. Y la propaganda hace radicales”, recuerdan estos dos expertos en la lucha antiterrorista. Por eso -añaden- es tan importante el cerco de las policías y de los propios proveedores de servicios “online” al aparato propagandístico de los terroristas.

Uno de los éxitos de la operación de Europol es haber conseguido que Telegram se comprometiera a colaborar con la seguridad nacional y participara en una redada en la que los analistas se dedicaban a identificar los canales y los proveedores a cerrarlos.

Y es un éxito porque un 90 por ciento de los “movimientos propagandísticos” de Dáesh en el ámbito virtual se vertían en esa plataforma, que ha multiplicado por ocho el número de canales que cierra.

Al aparato propagandístico de la organización, liderado por su agencia Amaq, se le ha cerrado una puerta importante y ahora no tiene más remedio que buscar nuevas. Lo está haciendo pero aunque los canales que utiliza son más seguros, son, a su vez, más impenetrables y menos accesibles para el usuario, según los expertos de la Guardia Civil.

Eso redunda en una menor captación de adeptos a la causa porque, en suma, se reduce la influencia de Dáesh sobre ciudadanos susceptibles de radicalización. Ese menor acceso hace daño a la organización, que como cualquier otra terrorista necesita tener “relevo, base social que reclutar”, explican los agentes.

“De forma paulatina se ha ido acorralando virtualmente a Dáesh. Se le está aislando y eso reduce el riesgo” porque, como subrayan el teniente coronel y el comandante, la radicalización y adoctrinamiento en la red es muy peligrosa.

Cualquiera que haya sido captado por la propaganda puede convertirse en un “actor solitario”. No necesita contactos externos, ni preparar nada. Puede salir a la calle con un cuchillo y atentar, como ya ha pasado. Pero también coger un coche o una furgoneta y llevarse por delante a las personas que encuentre a su paso.

Por eso, la lucha policial se ha intensificado en el campo virtual, el que ha ido utilizando Dáesh para propagarse, aunque cambiando de plataformas.

Así, la organización empezó a utilizar los foros en Internet para difundir su ideología, establecer contactos operativos e, incluso, de financiación.

En España, en 2010, la Guardia Civil llevó a cabo la operación Espiral, que se saldó con la detención de un marroquí que gestionaba uno de los foros yihadistas más frecuentados e influyentes de Internet.

Foros que se fueron clausurando poco a poco, lo que obligó a la agencia Amaq a “bascular” la propaganda hacia las redes sociales: Twitter, Faceboock, YouTube... Pero los golpes policiales se han ido sucediendo y a Dáesh no le ha quedado más remedio que “abandonar” las redes sociales - ya no le son útiles- y recurrir a plataformas más seguras para ellos.

Ahora tienen “menos difusión y más securización”, añaden los expertos, que reconocen que es imposible saber si con operaciones como la de Europol se ha evitado algún atentado o la radicalización de alguien.

Lo que es seguro -enfatizan- es que tanto este golpe a la propaganda de Dáesh como el que se llevó a cabo en abril de 2018 gracias a una operación de la Guardia Civil que permitió intervenir servidores en Panamá e identificar a miles de usuarios ralentizan a la organización, que tiene que resituarse.

Dáesh sigue buscando y encontrando nuevas plataformas para difundir su mensaje pero las fuerzas de seguridad siguen estrechando el cerco para que los terroristas no naveguen por ellas impunemente.

Por Sagrario Ortega

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