Christian Kern se perfila como nuevo canciller de Austria, según los medios

Christian Kern, presidente de la empresa estatal austríaca de trenes ÖBB, se perfila como nuevo líder del gobernante partido socialdemócrata SPÖ y con ello canciller federal de Austria, aseguran hoy varios diarios locales.

A tres días de la sorprendente renuncia de Werner Faymann como líder del SPÖ y del Gobierno federal, Kern cuenta con el apoyo de todos los grupos regionales de su partido, según coinciden los diarios vieneses Kurier, Der Standard y Die Presse.

Kern, de 50 años, dirige con éxito desde hace seis años ÖBB, una de las empresas más grandes del país alpino, y su nombre ya se barajaba desde hace años como posible futuro jefe de Gobierno.

La decisión final sobre su nombramiento se anunciará mañana, tras una reunión de los líderes regionales del partido socialdemócrata.

Las turbulencias internas del SPÖ se producen a menos de dos semanas de la segunda ronda electoral de los comicios presidenciales el 22 de mayo, en la que se enfrentan el ultranacionalista Norbert Hofer y el ecologista Alexander Van der Bellen.

Por primera vez en su historia democrática, el país alpino no tendrá un presidente que sea del SPÖ o del partido popular ÖVP, las dos formaciones que han dominado la política del país durante las últimas siete décadas.

Algunos analistas advierten de que una posible llegada de Kern a la Cancillería federal podría empeorar más aún el ambiente en la “gran coalición”, formada por el SPÖ y ÖVP desde 2008.

Los democristianos parecen temer que un exitoso Kern podría mermar sus posibilidades electorales en los próximos comicios, previstos para 2018.

De todas formas, en las encuestas de opinión, el partido con mayor apoyo electoral es el derechista Partido Liberal (FPÖ), con más del 30 %, mientras que las dos formaciones gobernantes apenas superan el 20 % cada una.

La dimisión de Faymann, el fuerte ascenso del FPÖ y la inesperada victoria de Hofer en la primera ronda presidencial se producen con el trasfondo de la crisis de refugiados de Oriente Medio, que han llegado a decenas de miles al país alpino desde el verano pasado.

Al inicio de la ola migratoria, Austria defendió una política de “puertas abiertas” junto con el Gobierno de Alemania, pero presionada por el FPÖ y el supuesto malestar de la población, a comienzos de año fue cerrando sus fronteras y endureciendo su político migratoria.