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Ciudadanos confía en una victoria “contundente” de Arrimadas que “obligue” a Iceta a apoyarla

Albert Rivera e Inés Arrimadas durante la presentación en Badalona del "Equipo Naranja".

Carmen Moraga

En Ciudadanos andan ya con la vista puesta en las negociaciones que se abrirán para determinar quien podrá gobernar en Catalunya una vez que se conozca el resultado de las elecciones autonómicas. Aunque de puertas afuera todo es euforia y optimismo, algunos dirigentes del partido están llamando internamente a la “prudencia” ante la incertidumbre de lo que realmente pueda ocurrir el 21D. La clave, dicen, va a estar “en las cifras de participación”. Si son altas, creen que será lo que decante la balanza hacia el lado de los constitucionalistas.

“Hay que movilizar a todos aquellos que hasta ahora, por miedo, se han quedado en casa y convencerlos de que el voto útil para acabar con el procés es el que representa Arrimadas”, aseguran en la dirección del partido. Y ese será el objetivo de la candidata y de Rivera en lo que queda de campaña, en la que ambos se repartirán los papeles: Rivera lanzará mensajes más “en clave nacional”, mientras Arrimadas se centrará en “las propuestas para Catalunya”, sin olvidar a sus rivales electorales, entre los que se encuentra el líder del PSC, Miquel Iceta, al que reclama su apoyo.

En el partido naranja destacan que el 21D están en juego “muchas cosas”. “No son unas simples elecciones, es una oportunidad histórica para afianzar un modelo nuevo de país”. Creen, además, que sería un hito histórico que Ciudadanos lograra poner fin a la hegemonía nacionalista que ha dominado Catalunya durante todos estos años.

Rivera cree que un triunfo el 21D le catapultará a la Moncloa

El propio Rivera no oculta que lograr que Arrimadas gobierne en Catalunya significaría todo un éxito para su carrera política y le serviría como catapulta a la Moncloa. Este jueves confesaba a la periodista Pepa Bueno, en la entrevista que le hizo en Hoy por Hoy de la cadena Ser, que “acabar con el procés” se ha convertido en “su obsesión”.

Por eso está tan volcado con Arrimadas, convencido, además, de que si logran gobernar allí, habrá después un ‘efecto dominó’ en los comicios autonómicos y municipales de 2019, que, salvo sorpresas, son los más cercanos.

Este miércoles, los corrillos que se formaron entorno a los dirigentes políticos durante la celebración del 39º aniversario de la Constitución, sirvieron de termómetro para medir cómo están los ánimos entre unos dirigentes y otros. Salvo entre los partidos independentistas, que no acudieron.

Rivera se mostró exultante, convencido de que Arrimadas ganará por goleada a Iceta contra el que ha vuelto a cargar por alimentar durante años a los nacionalistas y hacer “tripartitos con los separatistas”. “Los errores del PSC y del PP han hecho que los catalanes nos sintamos abandonados. Por eso crece Ciudadanos”, sentenció también en la Ser.

En el partido creen que una victoria “contundente” de su candidata “obligaría” al líder del PSC a apoyar su hipotética investidura.

Del PP, en principio, no tienen duda. Saben que los resultados de García Albiol no le van a dar otra opción. Los de Rivera, no obstante, sospechan que Rajoy -que contempla con recelo el ascenso de los naranjas- no descarta que su partido pida el apoyo para Iceta si ve que hay “bloqueo” a Arrimadas. Rivera, sin embargo, insiste en que deben respaldar a la lista más votada, que no duda que será la de su candidata.

En ese supuesto, las intenciones de los naranjas son abrir el gobierno al PSC, ofrecer a Iceta la vicepresidencia y algunas de las consellerías, e incorporar a “personas independientes de relieve”. Incluso están dispuestos a que el PP también entre en ese gobierno “transversal” al que suelen hacer alusión la candidata y Rivera.

De ahí que estén presionando tanto al líder del PSC. “Iceta tiene que definirse antes del 21D y decir lo que va a hacer, no lo que no va a hacer”, insisten en Ciudadanos, en donde seguirán lanzando mensajes a los votantes socialistas para que no se fíen de las intenciones del candidato, “artífice de varios tripartitos con los separatistas”.

Iceta, a su vez, también confía en su victoria y en que los vetos cruzados de los demás partidos propicie que los comunes le apoyen para gobernar.

Rivera a Sánchez: “Me debes una investidura”

La cercanía de la cita con las urnas y esa pugna por la hegemonía del bloque constitucionalista, está tensando cada vez más la cuerda entre Ciudadanos y los socialistas. En el partido naranja reconocen que no hay ningún puente de diálogo con Iceta. Tampoco las relaciones entre Sánchez y Rivera son buenas. El fugaz encuentro que propiciaron desde Ciudadanos para que ambos líderes charlaran en la recepción de la Constitución, solo dio para que aparentaran cierta cordialidad.

Sánchez bromeó con el líder naranja. Después de confesar que le tenía “mucho cariño a Albert” le lanzó un zasca: “Aunque me dice que soy un podemita”.

Rivera tampoco se cortó y le recordó: “Me debes una investidura”, en alusión al apoyo que le dio en febrero de 2016 para que pudiera optar a La Moncloa. El líder de Ciudadanos le emplazó después a que le devuelva el ‘favor’ tras el 21D en Catalunya: “El próximo pacto, en Pozuelo”, bromeó Rivera, dado que acaba de mudarse al municipio madrileño donde reside también el líder socialista.

El problema es que aunque hubiera entendimiento, ni aún sumando los escaños de los partidos constitucionalistas les darían los números. Según todas las encuestas, la llave la tendrá Xavier Domènech, el candidato de Catalunya en Comú-Podem. Y en el partido de Ada Colau no se plantean ni por asomo apoyar un Gobierno que consideran “de derechas”. De hecho, Domènech está atacando también a Iceta por si al final decide respaldar a Arrimadas. Aunque él también ha descartado apoyar un gobierno en el que esté el PDeCAT.

Estos vetos cruzados podrían propiciar la convocatoria de nuevas elecciones en Catalunya, según ha reconocido Pablo Iglesias. En Ciudadanos, sin embargo no lo ven factibles y creen que aunque las negociaciones sean “duras y largas” y “haya que dialogar mucho”, al final se llegará a un acuerdo.

Con este fin, la llamada al “voto útil” la extenderán también a aquellos votantes de Doménech “que no son independentistas”.

Nuevos sondeos enfrían sus expectativas

Aunque el sondeo del CIS vaticina que la lista más votada será la de Inés Arrimadas y que lograrán un empate técnico en escaños con ERC, otras encuestas acaban de rebajar considerablemente estas expectativas.

En concreto, la que ha publicado este jueves El Periódico de Catalunya que otorga un trasvase de votos de ERC hacia Junts Per Catalunya y vuelve a dar a los tres partidos independentistas la posibilidad de lograr la mayoría absoluta. Pero lo peor para Ciudadanos es que pronostica una importante subida al PSC y prácticamente un estancamiento para Arrimadas.

No obstante, dada la fragmentación de voto que hay en ambos bloques, parece difícil que alguna candidatura consiga llegar al 25% de apoyo. Ciudadanos rozó en 2015 el 18% de los votos, y las mejores encuestas les otorgan ahora entre el 22% o el 23%.

En el partido están convencidos de que los republicanos seguirán a la baja. Sobre todo después del ‘pinchazo’ que consideran que dio Marta Rovira, la número dos de la candidatura, frente a Arrimadas en ‘Salvados’ durante el debate organizado por Jordi Évole en la Sexta.

El flojo papel que jugó en ese debate la republicana creen que ha “hundido” la imagen de Rovira, a quien Junqueras quiere promocionar para presidir el Govern, sobre todo, si sigue en la cárcel.

En Ciudadanos confían en que de los dos debates electorales que están programados de aquí al 21D, Inés Arrimadas salga airosa y se refuerce como “la única alternativa al separatismo”.

Si las cosas van como esperan y Arrimadas es la más votada, empezarán de inmediato a negociar su investidura. En Ciudadanos ya han dicho que se sentarán a dialogar incluso con los comunes para ver si es posible que se abstengan y no obstaculicen el cambio en Catalunya. El reto lo ven “difícil pero no imposible”. Y si no lo logran y se tienen que repetir lo comicios siempre les quedará el argumento de que por ellos no ha sido.

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