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Ciudadanos se coloca en la diana de todos los partidos

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, en una intervención ante su grupo parlamentario.

Irene Castro

Ciudadanos se ha colocado en la diana de los principales partidos. Cada uno por sus motivos, pero PP, PSOE y Unidos Podemos han situado a Albert Rivera en el centro de sus ataques convirtiéndolo, de facto, en el principal rival a batir. Los de Mariano Rajoy están acorralados en las encuestas por el grupo que les apoya para gobernar; los socialistas ven cómo va ganando una parte de su electorado de centro y Unidos Podemos, a quien también roba votos, se juega principalmente el espacio de la renovación.

Las razones de la competición son diferentes y los argumentos, también; pero Ciudadanos se ha colocado en el centro del tablero marcando el paso al resto de formaciones, que han pasado al ataque. El PP hace equilibrios para contentar a sus socios a cambio del apoyo que requiere para sacar adelante los grandes proyectos, como los Presupuestos Generales del Estado. Y viceversa: Ciudadanos respalda intentando sacar la cabeza.

El último intento de desmarcarse de los de Rajoy ha sido el endurecimiento de su discurso ante la gestión de Catalunya que está llevando a cabo el Gobierno. “Hasta aquí hemos llegado con la displicencia”, dijo un airado Rivera tras recordar que ha apoyado al Ejecutivo en las grandes cuestiones de la legislatura. “No podrá contar con nuestro apoyo para aplicar la Constitución en Catalunya”, agregó sobre una hipotética retirada del respaldo para el 155, que si hay investidura en Catalunya desaparecerá en apenas días y que, en caso de que no salga adelante, no requerirá más aval del resto de partidos del que ya le dieron en el Senado el pasado octubre.

“Aprovechategui”. Fue la peculiar forma en la que Rajoy calificó a su socio: “No use sus energías en atacar al Gobierno en cosas de Estado. Eso no le da votos”. Pero no en todo el arco parlamentario están de acuerdo en que eso sea así y temen que erigirse en azote del nacionalismo a cualquier precio le saldrá rentable. Y es lo que le afean las otras fuerzas llamadas 'constitucionalistas', que le reclaman “lealtad”.

“Nosotros solo hemos escuchado que lo rompen y queremos saber qué significa eso”, expresó el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maillo: “Sinceramente, las pataletas de niño pequeño hay que superarlas”. El portavoz del Gobierno, Iñigo Méndez de Vigo, pidió “madurez, seriedad y responsabilidad” a Ciudadanos. El presidente trató después de restarle importancia: “No nos están arrebatando nada”.

“La pugna se va a producir en la derecha y la situación recuerda al fin de la UCD; en el que en uno lucha por sustituir al otro”, reflexiona un veterano dirigente socialista sobre la pugna entre la UCD y Alianza Popular en los años 80, aunque establece una diferencia: que el PP se salva, al menos por ahora, de la división interna que entonces tenía la UCD.

En Ferraz se salpican la presión con el argumento de que se trata de una guerra “fraticida” en la derecha. Sin embargo, los socialistas no ven esta batalla solo desde la barrera. Ciudadanos también les achica su espacio electoral en el centro. La situación –Ciudadanos rentabiliza el hundimiento del PP mientras que el PSOE se estanca– inquieta a las filas socialistas.

Por eso los socialistas también cargan contra Ciudadanos tratando de retratar sus contradicciones. “Bandazos”, dijo la número dos del partido, Adriana Lastra, sobre las distintas posiciones de Rivera. Le acusa de anunciar una supuesta ruptura mientras va a seguir apoyando los Presupuestos Generales del Estado que darán aire a Rajoy para acabar la legislatura y “la corrupción del PP en Madrid” al votar a Ángel Garrido como sucesor de Cristina Cifuentes.

“Sería una ruptura de una semana”, ironizó Lastra sobre la supuesta retirada del apoyo al 155. Desde las filas del PSOE creen que Ciudadanos no ha medido en esta ocasión la maniobra ya que ven absurdo que plantee no apoyar la aplicación de la Constitución. “Con las cosas del Estado no se juega”, aseveró la vicesecretaria general. En el partido de Pedro Sánchez están indignados con Rivera, a quien consideran un “frívolo”: “No necesitamos ni aprovechateguis ni amarrateguis; necesitamos sentido común”, dijo el secretario general.

Los socialistas consideran, además, que la guerra abierta entre el PP y Ciudadanos no ha hecho más que empezar. “En el PP quieren acabar con Ciudadanos”, advierte un destacado miembro de la Ejecutiva: “Verás cuando empiecen a ventilar los dossieres que tengan acumulados”, apostilla. Ese momento, a su juicio, llegará cuando Rajoy consiga sacar adelante los presupuestos.

Aunque estén en las antípodas ideológicas, también Unidos Podemos ha señalado a Ciudadanos como su gran rival a un año de las elecciones: “O ellos o nosotros”, expresó la portavoz parlamentaria, Irene Montero. La pugna de Pablo Iglesias con Rivera será, según Podemos, por el voto del desencanto y por la bandera de la regeneración. Al igual que los socialistas, hostigarán al partido de Rivera por su apoyo al Gobierno y al PP pese a la desafección. PSOE y Podemos confían en el desgaste del discurso regenerador de Ciudadanos por su respaldo a los de Rajoy.

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