Colonia se blinda para la Nochevieja para evitar el escándalo del año pasado

Alrededor de 1.500 policías, con apoyo de firmas de seguridad privada, trabajarán en Nochevieja en Colonia para evitar que se repitan los graves sucesos del año pasado, cuando un dispositivo de 140 agentes fue incapaz de actuar ante centenares de agresiones sexuales y robos en el centro de la ciudad alemana.

Acompañada de los responsables de los distintos cuerpos policiales, la alcaldesa de la ciudad, Henriette Reker, presentó hoy el nuevo “concepto de seguridad” con el que el que el Ayuntamiento quiere garantizar una Nochevieja “alegre y pacífica” y borrar la imagen de caos e inseguridad que se extendió internacionalmente el año pasado.

Esa noche y en los días posteriores se registraron alrededor de 1.200 denuncias -el 46,5 % por delitos contra la propiedad, el 29,6 % por delitos sexuales y el 17 % por una combinación de ambos-, según los datos presentados ante la comisión de investigación creada tras el escándalo.

Las víctimas fueron en su gran mayoría mujeres, acosadas en un ambiente de práctica impunidad por cientos de hombres, en su gran mayoría originarios de países árabes y norteafricanos, reunidos en las cercanías de la catedral y frente a la estación de tren.

Además del despliegue policial previsto para el próximo 31 de diciembre, se pondrá en marcha el nuevo sistema de videovigilancia, habrá unidades móviles para atender a las mujeres y se prohibirán los tradicionales petardos y fuegos artificiales en los alrededores de la catedral.

Para compensar las amplias medidas de seguridad y superar el temor a ir al centro de Colonia esta Nochevieja se ha diseñado también un programa festivo que incluye una instalación artística de luz en la emblemática catedral y la actuación musical de dos coros, uno de ellos formado por jóvenes refugiados.

Los sucesos de hace casi un año, en los que fueron señalados como sospechosos varios refugiados, sacudieron a un país que había acogido a cerca de 900.000 solicitantes de asilo.

El escándalo motivó varias reformas legales para endurecer la legislación sobre delitos sexuales y extranjería, aunque meses después son pocas las condenas que se han dictado ante la dificultad de identificar a los autores de los abusos.