La Comisión Internacional de Verificación “da por finalizada” su actividad

La Comisión Internacional de Verificación (CIV) ha dado “por finalizada su actividad”, que comenzó en 2011, ya que considera que ha “completado” su trabajo, una vez que ETA “ha cumplido su compromiso de desarme”.

La CIV ha anunciado su decisión en un comunicado en el que ha mostrado su agradecimiento a “todos los actores políticos y sociales” que han permitido el desempeño de sus labores “con éxito” y ha citado “en particular” al lehendakari, Iñigo Urkullu, “cuya confianza y colaboración han sido clave”, asegura.

Recuerda que fue constituida el 28 de septiembre de 2011 “para verificar el fin de la violencia” de la banda terrorista y asegura que, “trabajando con las instituciones y la sociedad civil vascas, verificó que ETA había cumplido su compromiso de cesar todas sus acciones violentas”.

En enero de 2014, agrega el comunicado, “confirmó que ETA había puesto fuera de uso operativo” una “cantidad específica” de armas, municiones y explosivos, un hecho que, a juicio de la CIV, “fue un pequeño pero importante primer paso hacia el desarme de ETA”.

El pasado 8 de abril la comisión presidida por el ceilandés Ram Manikkalingam, recibió “de representantes de la sociedad civil vasca en Francia”, información relativa a la localización de “armas, municiones y explosivos” de la banda terrorista que “fue puesta a disposición de las autoridades francesas”.

La CIV incide en que el entonces ministro del Interior francés, Matthias Fekl, calificó de “gran paso” hacia la paz y la seguridad en Europa esa jornada de desarme y Urkullu consideró también que era un “paso fundamental en el proceso de final ordenado de la violencia”, afirma el comunicado.

“A la luz de estos acontecimientos”, concluye que ETA “ha cumplido su compromiso de desarmarse”, por lo que “considera su trabajo completado y, por lo tanto, da por finalizada su actividad”.

Agrega que ha trabajado “estrechamente” con el Gobierno Vasco, así como con “PNV, EH Bildu y PSE-EE” y los sindicatos UGT, CC.OO., ELA, LAB y la patronal Confebask, además de con “representantes de la Iglesia católica vasca”.

En este sentido, “reconoce la confianza” que depositaron en la comisión cuando “se embarcaba en una difícil y exigente tarea sin garantías de éxito”.