La Comisión sobre la transición en Burkina entrega al Ejército sus conclusiones

La Comisión sobre la transición en Burkina Faso entregó hoy al actual jefe del Estado, el teniente coronel Isaac Zida, sus conclusiones sobre los detalles del proceso que debe devolver el país a la senda democrática.

El documento -finalizado ayer en la capital del país, Uagadugú- fue entregado por una delegación de representantes de los partidos políticos, la sociedad civil y los líderes religiosos y tradicionales que integran la comisión.

“En los próximos días deberá convocarse un foro para que se logre un gran consenso en torno al documento”, dijo a los periodistas el líder religioso Henry Ye, presidente de la comisión.

El texto establece que la transición debe estar guiada por los valores de “honradez, transparencia, dignidad, disciplina y civismo”, y propone el establecimiento de un Consejo Nacional para la Transición que asista al jefe del Estado en el proceso.

Si el documento es finalmente aprobado por las autoridades militares, esta institución deberá trabajar junto con un Gobierno de Transición formado por 25 miembros y un Parlamento de Transición de 90 diputados para celebrar elecciones en noviembre de 2015, como ha prometido Zida.

Siempre según el documento entregado hoy a Zida, tanto el propio presidente como el primer ministro que se designe y los diputados del Parlamento de Transición tienen prohibido concurrir a esos comicios.

Los miembros del partido del expresidente Blaise Compaoré -cuya huida del país el 1 de noviembre tras multitudinarias protestas ciudadanas aprovechó el Ejército para tomar el poder- tienen reservados diez escaños en el Parlamento de Transición, pero no pueden formar parte del Gobierno.

También se establece la creación de una comisión de la justicia y la verdad, para que se ocupe de los abusos del régimen de Compaoré, que gobernó con mano de hierro el país durante 27 años.

El intento de Compaoré de reformar el artículo 37 de la Constitución que le impedía presentarse por quinta vez a las presidenciales en 2015 causó una ola inédita de manifestaciones ciudadanas que le obligaron a dimitir y abandonar el país.

El Ejército tomó entonces el poder, y el teniente coronel Zida se proclamó nuevo presidente ante la inquietud de la comunidad internacional, que le exigió desde el principio el traspaso de sus atribuciones a un Gobierno civil.