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Conciliarse frente al espejo con el cáncer

Conciliarse frente al espejo con el cáncer

EFE

Madrid —

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Tras anunciar Angelina Jolie su doble mastectomía preventiva por miedo a padecer la misma enfermedad que mató a su madre, la peluquera Angela Navarro, que desde su fundación de estética trabaja con enfermos de oncología, asegura que es importante “reconocerse frente al espejo” durante el tratamiento.

Mediante una carta publicada en el periódico The New York Times, la actriz estadounidense, de 37 años, dio a conocer al mundo que entró al quirófano y se amputó los dos pechos por miedo a padecer un cáncer de mama y de ovarios, probabilidad que sus doctores habían estimado en un 87 y un 50 por cien respectivamente.

Intervención quirúrgica que concluyó con dos adenomastectomías y una reconstrucción del pecho, “una decisión nada fácil, pero feliz por haberla tomado”, explica la actriz en la misiva.

“Ha sido muy valiente, sobre todo porque ha hecho pública su operación, noticia que ayuda a normalizar una enfermedad que hace sufrir mucho”, explica a Efestilo Navarro, que ha creado la Asociación Española de Estética Reparadora Integral (AEERI) y la Fundación Angela Navarro, con la que ayuda a pacientes sin recursos.

Más aún, si se tiene en cuenta que Angelina Jolie abandera el canon de belleza actual. Según Navarro, la estética aplicada a la salud es muy importante porque recompone la autoestima, además de devolver la feminidad a mujeres y adolescentes.

La mayoría de los pacientes que confían en las manos de esta esteticista dicen que “cuando se ven bien, se sienten mejor”.

“Aunque la enfermedad es lo realmente importante, en un principio, al paciente le preocupa por su imagen estética, la pérdida de cabello y vello facial y la caída de cejas y pestañas”, dice Navarro.

Ante esto, -añade- es importante “reconocerse” y “conciliarse” frente al espejo durante toda la enfermedad. Por ello, desde hace catorce años, Navarro investiga y trabaja para camuflar el deterioro físico que provoca la quimioterapia.

Es fundamental que las personas se vean como deseen, “que sean ellas quienes revelen su enfermedad, no que les delate su aspecto”, explica la peluquera.

Hoy en día y gracias a la investigación son muchos los artículos y métodos que existen en la Fundación Ángela Navarro para paliar los efectos secundarios de un cáncer.

Entre ellos, una línea capilar y otra cosmética para todo tipo de pieles, especialmente para las más sensibles. “La originalidad consiste en ofrecer por separado los principios activos para componer cremas personalizadas sin colorantes ni perfumes, eso sí, previo un diagnóstico del dermatólogo”, cuenta.

También se está trabajando en la pigmentación de la aureola una vez reconstruida la mama para igualar el tono de la mama natural, “un problema estético que baja la autoestima”.

Conscientes de que hay que cubrir unas necesidades, desde la fundación se realiza una “belleza de respeto” que, según la experiencia de Navarro, “debe iniciarse nada más conocerse el diagnostico del cáncer, antes de la intervención y de la quimioterapia”.

Se comienza con una exfoliación facial y corporal. Después se trabaja con el pelo y se confecciona la peluca y, si la paciente lo desea, se pigmentan las cejas y una rayita en los ojos “para otorgar fuerza y alegría a la mirada”, detalla Navarro.

También se ofrecen cursos de automaquillaje en los que se aprende a iluminar el tono de piel y realzar la belleza natural, es una manera de “mejorar el ánimo”, puntualiza.

A estos tratamientos de belleza se suman un sin fin de gorros, pañuelos, lencería y trajes de baño para mujeres mastectomizadas que les hacen llevar su enfermedad con mayor optimismo.

“El momento más maravilloso es cuando veo sonreír a un paciente que por vez primera ve su imagen en el espejo”, concluye.

Carmen Martín.

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