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Correa vuelve a la cárcel mientras espera a que la Audiencia Nacional le cite a declarar en la causa del 3% del PP

El cabecilla de Gürtel, Francisco Correa.

Marcos Pinheiro

Francisco Correa vuelve a la cárcel cinco años después. Si la primera vez fue prisión provisional tras el estallido del caso Gürtel, en esta ocasión lo hace para cumplir una condena por una pieza separada, la del caso Fitur en Valencia. El cabecilla de la trama se enfrenta a una estancia de hasta 13 años entre rejas mientras espera que la Audiencia Nacional decida si le llama a declarar en la causa sobre la financiación ilegal del PP. Las acusaciones confían que su nueva situación le anime a tirar de la manta.

El Tribunal Superior de Justicia de Valencia ha ordenado este martes el ingreso en prisión de los cabecillas de Gürtel juzgados en la causa sobre Fitur porque entiende que existe riesgo de fuga. A partir de ahora Correa, su lugarteniente, Pablo Crespo, y su hombre de confianza en Valencia, Álvaro Pérez 'El Bigotes', tendrán que acudir a las sesiones del juicio de Gürtel: Época I en furgón policial, siempre que el tribunal no decida exonerarles de ir a la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares.

Además de escuchar a los más de 300 testigos del caso Gürtel, Correa está pendiente de la decisión que tome el juez José de la Mata sobre la reapertura de la caja B. La Fiscalía Anticorrupción ha pedido que este caso se reabra por la revelaciones de Correa durante su declaración, y se le impute junto al presunto comisionista Plácido Vázquez y el empresario Alfonso García-Pozuelo, expresidente de Constructora Hispánica.

Correa explicó durante su declaración que había colaborado con Luis Bárcenas en la búsqueda de donantes para el PP. Los dueños de grandes empresas eran recompensados luego con contratos de los ministerios de Fomento o Medio Ambiente. El cabecilla de Gürtel mencionó algunas empresas, como OHL o ACS, pero no dio nombres propios, ni dijo con quién se amañaban los contratos en el ministerio. La fiscal Concepción Sabadell no le insistió porque no era objeto de ese proceso.

Ahora, Correa tiene la oportunidad de detallar esas revelaciones en el caso conocido como 'los papeles de Bárcenas'. Hasta ahora, en este caso no se han podido demostrar las afirmaciones de Correa, así que la causa contra 20 empresarios se archivó, mientras que al PP solo se le reclaman 1,2 millones de euros como responsable civil por el presunto pago con dinero negro de la reforma de Génova. 

Si finalmente De la Mata le llama a declarar como imputado, acudirá ya desde la cárcel, cumpliendo su primera condena y a la espera del resto de causas. Un horizonte judicial complicado que las acusaciones populares confían en que le anime a contar lo que sabe y aún no ha revelado.

“Espero que esta condena le haga mover ficha”, afirma Paco Montiel, abogado de la Asociación de Abogados Demócratas por Europa (Adade). Ellos y el abogado de Izquierda Unida, Juan Moreno, son los que pidieron al juez que reabriese la causa de la financiación ilegal del PP.

Montiel cree que Correa esperaba una condena menor. “Jugó esa carta”, dice, pero no le ha salido bien, porque ahora “tiene un horizonte de 10 años como poco en prisión”. Espera que se decida a hablar en el caso de la caja B porque es donde más tiene que aportar.

“Le pedimos hechos nuevos, no lo que ya se sabe, no que confirme lo que sabe la Fiscalía”. En definitiva, que no haga lo que ha hecho en Gürtel: asumir el escrito de acusación y a continuación matizarlo hasta la extenuación. “Si rompe a hablar puede iniciar un trato con la Fiscalía y con las acusaciones en otros casos”, añade.

Juan Moreno es de sus misma opinión. Representa a IU en la causa de 'los papeles de Bárcenas', en la que espera que Correa colabore. “Lo que mas le conviene es colaborar de forma efectiva con la justicia”, asegura.

Advierte de que no conoce sus intenciones tras la condena y la decisión de que ingrese inmediatamente en prisión, pero espera que esto influya. Confía en que su “nueva situación personal”, privado de libertad, le anime a reflexionar y a colaborar con la Fiscalía y las acusaciones para aportar nuevos datos.

Quedan aún multitud de causas pendientes de juicio. La inmensidad judicial del caso Gürtel obligó a trocearlo en causas más pequeñas y abarcables. Montiel también confía en que Correa cambie su estrategia en estas piezas separadas porque es su único recurso para no pasarse dos décadas en la cárcel.

En marzo comenzará en la Audiencia Nacional el juicio sobre la financiación ilegal del PP de Valencia, y está pendiente de que se fije fecha para la pieza separada sobre Boadilla del Monte, donde Correa se enfrenta a una petición de pena de 40 años.

También está por juzgarse otra pieza sobre los contratos de la Generalitat valenciana con Gürtel, los amaños para Fitur con el Ayuntamiento de Jerez, los sobornos para los contratos de Aena. Por último está el juicio sobre la visita del Papa, con la que la Gürtel hizo negocio.

Hasta entonces, Correa seguirá pendiente de la evolución de la pieza sobre la época I, en la que no contó todo lo que sabía y en la que se enfrenta a una petición de cárcel por parte de la Fiscalía que supera la de cualquier otro caso: 125 años de prisión. La legislación impide que cumpla más de 20 años, en función de los delitos por los que se le condene. Correa tiene todavía muchas oportunidades para tratar de reducir ese futuro entre rejas.

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