Las bases de Cs no cuestionan el liderazgo de Rivera pero están preocupadas

Las bases de Ciudadanos no cuestionan el liderazgo de Albert Rivera en estas semanas previas a las elecciones de noviembre, muy marcadas por el revés que sufren en las encuestas -algunas incluso les sitúan por debajo de Vox- pero sí hay preocupación por lo que pueda pasar el 10N.

Es lo que señalan a EFE algunas fuentes de Cs, que aseguran también que los dirigentes naranjas tampoco ponen en duda la posición de Rivera al frente del partido y no se lo plantean aunque las encuestas confirmen el descalabro que pronostican.

Rivera, como ha repetido estos días cuando se le ha preguntado, no tiene ningún apego al sillón y además tiene una carrera profesional fuera de la política.

En todo caso, los dirigentes consultados insisten en que las encuestas siempre les son adversas pero acaban remontando en campaña hasta el punto de que, según dicen, más o menos la mitad de sus votantes se deciden en la recta final.

Reconocen, no obstante, que el voto naranja es un voto “desideologizado y más crítico” y, por tanto, más susceptible de desanimarse.

De hecho, uno de los problemas que afrontan es la desmovilización que puede dispararse el 10N por el hartazgo general del electorado, que se ve obligado a volver a las urnas por cuarta vez en cuatro años para elegir gobierno cuando, en esta ocasión, había opciones reales de que la investidura saliera adelante.

Las había con una coalición del PSOE con Podemos, pero también con Ciudadanos, con el que los socialistas sumaban 180 escaños.

De cualquier manera, ese agotamiento del votante pasaría factura a todas las fuerzas políticas, pero más a Ciudadanos, precisamente por esas carencias ideológicas que tienen los que le apoyan.

Otra de las cosas que han detectado es que la repetición electoral les penaliza como pasó en 2016, cuando pasaron de 40 a 32 diputados si bien la caída en porcentaje no llegó ni a un punto.

Ahora, algunos sondeos sitúan a la marca de Rivera en el entorno del 10-11 por ciento de los sufragios (el 28A obtuvieron un 15,8 por ciento y 57 escaños), a la par que la formación de Santiago Abascal.

Con este panorama, hay dirigentes que asumen ya como un mal menor una pérdida de una decena de diputados y que se podrían concentrar, según algunos estudios, en la llamada España vaciada, donde Cs obtuvo trece escaños en la anterior convocatoria.

De acuerdos con estos estudios, en estas zonas se consolidaría el bipartidismo y el PP se reforzaría a costa de Ciudadanos.

De momento, la receta con la que Ciudadanos ha decidido afrontar estos nuevos comicios es levantando el veto al PSOE y presentarse como solución para desbloquear el país bien sea gobernando con el PP, como opción preferente, o permitiendo la investidura de Pedro Sánchez si se aviene a negociar un decálogo de propuestas.

Ningún dirigente reconoce que este volantazo tenga que ver con unas encuestas adversas, sino con un escenario de bloqueo constatado tras el fracaso de las negociaciones entre el PSOE y Podemos y reiteran que Cs trató de evitar la repetición electoral proponiendo a Sánchez una abstención técnica en el minuto de descuento en base a tres condiciones.

Alicia López