Damasco afirma que Erdogan es responsable del derramamiento de sangre siria

El Gobierno de Damasco afirmó hoy que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, es el responsable del derramamiento de sangre en Siria, en respuesta al mandatario de Turquía, que calificó de “terrorista” a su homólogo sirio, Bachar al Asad.

Una fuente del Ministerio sirio de Exteriores, citada por la agencia de noticias oficial SANA, aseguró que “la agresión” y la entrada de fuerzas turcas en el territorio sirio revelan que Turquía respalda al “terrorismo takfirí” (musulmán radical).

Desde octubre pasado, varios convoyes castrenses turcos han cruzado a Siria, en dirección a la provincia de Idleb y el oeste de Alepo como fuerza para rebajar tensiones, en el marco de los acuerdos de Astaná entre Rusia e Irán, aliados del Ejecutivo sirio, y Turquía, que apoya a la oposición.

La fuente del Ministerio de Exteriores recordó que Erdogan ha convertido Turquía en “una gran cárcel y amordaza la voz de los medios de comunicación, de los intelectuales y de cualquiera que se oponga a sus políticas destructivas contra Siria”.

Consideró que el presidente turco carece de credibilidad para dar discursos que “muestran el rango de la tensión y confusión causada por sus torpes políticas”.

La fuente destacó que “la paranoia y las fantasías de Erdogan sobre el pasado le han hecho olvidar que su viejo imperio se ha desvanecido y que la gente libre del mundo tiene la elección de tomar sus propias decisiones nacionales y defender su soberanía, por lo que no permitirá que interfiera en sus asuntos”.

Erdogan, de visita oficial en Túnez, afirmó hoy que ninguna solución es posible en Siria mientras Al Asad siga en el poder.

“Es absolutamente imposible que se produzcan avances si Al Asad continúa en Siria”, declaró Erdogan durante una rueda de prensa junto a su homólogo tunecino, Béji Caïd Essebsi, en el palacio presidencial de Cártago.

La marcha de Al Asad del poder es el principal requisito de la oposición siria para llevar a cabo negociaciones con el fin encontrar una salida política al conflicto, lo que es rechazado rotundamente por el Gobierno de Damasco.