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Daniel Innerarity: El motor franco-alemán ya ha pasado a la historia

Daniel Innerarity: El motor franco-alemán ya ha pasado a la historia

EFE

Madrid —

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La Unión Europea (UE) es una “democracia compleja” en la que ya no hay cabida para la “integración furtiva”, afirma en una entrevista con Efe el catedrático español de Filosofía Política y Social Daniel Innerarity, al defender un liderazgo a Veintisiete en este momento de “gran incertidumbre”.

“El motor franco-alemán ya ha pasado a la historia. Es un motor que a lo mejor sirve para el arranque, pero cuando pones el coche en marcha necesitas uno más potente”, dice Innerarity, quien acaba de publicar “La democracia en Europa” (Galaxia Gutenberg).

El futuro de la UE “no puede ser el de una Europa de la subordinación, del Sur al Norte, del Este al Oeste, tiene que ser una Europa con un engranaje mucho más articulado de todos”, señala el también investigador de la fundación vasca para la ciencia, Ikerbasque.

“El liderazgo en Europa y más en esta Europa de democracia compleja no puede ser solo de uno, ni de un eje, ni de tres o cuatro, es una cuestión de 27”, sostiene Innerarity, director del Instituto de Gobernanza Democrática.

Innerarity, que ha sido profesor invitado en diversas universidades europeas y americanas, pone el acento en que “ya no estamos en aquella Europa pequeña en la que la complicidad entre (el francés François) Mitterrand y (el alemán Helmut) Kohl, más tres o cuatro llamadas telefónicas a los líderes de los países grandes, imponía una agenda y se acababa la historia”.

“Estamos -continúa- en una Europa en la que un grupo de países del Este no han entrado a un club cuyas reglas aceptan servilmente sino que quieren también tener una opinión, y a veces una opinión bastante incomoda para el resto de los europeos”.

Además, subraya, “los países del Sur no pueden seguir aceptando una hegemonía de los países del Norte, y sobre todo de Alemania”.

Por tanto, en esta UE en la que muchos miran esperanzados hacia Francia con Emmanuel Macron en el Palacio del Eliseo, Innerarity vaticina que, de surgir, los liderazgos serán “poco heroicos y bastante compartidos”.

Actualmente titular de la cátedra Davis en la Universidad de Georgetown y profesor del Instituto Universitario Europeo de Florencia, Innerarity previene, no obstante, sobre la gran responsabilidad que tiene ante sí el europeísta Macron para poner en marcha sus anunciadas reformas y frenar el avance del populismo.

Un populismo que sigue “acechando” en Francia, Austria y Holanda, y que se nutre del sentimiento de desprotección ante la globalización que sienten sectores amplios de la población europea.

En su discurso, Macron insiste en la idea de que “los Estados tienen que proteger, pero parte de esa protección tiene que llevar el sello europeo”, rememora el también autor de “La transformación de la política”, Premio Nacional de Ensayo en 2003.

Y es que la construcción del pilar social -insiste- es esencial para luchar contra ese discurso populista de que “la culpa es de Bruselas” o que los tecnócratas europeos se preocupan solo por los que pueden permitirse el lujo de viajar y, por tanto, les importa la apertura de fronteras, el fin del “roaming” o los Erasmus.

Si no queremos que “grandes masas de trabajadores que se sienten absolutamente vulnerables a la globalización se dejen seducir por discursos obreristas de nuevo cuño proferidos por gente como (la ultraderechista francesa) Marine Le Pen, que ha vivido toda su vida en casa con mayordomo”, no queda otra que “apostar por el pilar social”, insiste Innerarity.

“Europa tiene que tener sentido”, defiende el autor de “Ética de la hospitalidad”, quien señala los problemas que hay que abordar en esta “especie de encrucijada” que vive la UE “no pueden ser gestionados por una sola familia política”.

Por eso, dice, “sería bueno que el Partido Popular Europeo tuviera menos peso. Ahora copa todas las instituciones, todas”.

Y frente al eslogan de “más Europa” que repiten muchos líderes europeos, Innerarity objeta: “Depende”. “Tiene que haber tanta Europa como sea necesaria para abordar los problemas que tenemos como sociedades, ni más ni menos”, mantiene.

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