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David Trueba despoetiza el oficio de pintor en su documental “El cuadro”

David Trueba despoetiza el oficio de pintor en su documental "El cuadro"

EFE

Barcelona —

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El cineasta David Trueba despoetiza el oficio del pintor en su nuevo proyecto, “El cuadro”, que estrena hoy en una primera versión en el MNAC, un documental que parte del lienzo “Ell@”, del pintor hiperrealista Josep Santilari.

Josep Santilari trabajó en el cuadro “Ell@” desde enero de 2008 hasta abril de 2009, un lienzo que es una reflexión sobre la forma en la que las nuevas tecnologías de la comunicación han invadido nuestra vida.

En el cuadro, con una disposición escenográfica que podría recordar obras clásica de Goya o Velázquez, una mujer desnuda descansa en un sofá con un ordenador portátil a sus pies y un móvil junto a ella, en una escena con un fondo gris monocromo y en el que el colorismo es aportado por la sábana y los cojines que cubren la mitad del sofá.

El proyecto final exhibido hoy en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) dentro del ciclo “Por amor al arte: cine y pintura”, organizado por el museo y la Filmoteca de Cataluña, está todavía inacabado, según Trueba, dado que falta la música y el rodaje de la escena final, que se producirá cuando el cuadro sea comprado por un futuro cliente y lo cuelgue en una pared de su domicilio.

La relación de David Trueba con el cuadro empezó cuando hace cinco años eligió la imagen de Santilari para ilustrar la portada de su tercera novela, “Saber perder”, una portada que incluso se mantuvo en algunas de las ediciones extranjeras que se editaron posteriormente.

A raíz de aquello, Trueba, que ya había visto en galerías el arte de Josep y de su hermano Pere Santilari, pudo conocerlos personalmente y éstos le invitaron al estudio que tienen en la localidad barcelonesa de Montgat.

Fue así como surgió en el cineasta la inquietud de trabajar con los dos artistas, hermanos gemelos: “Tenía curiosidad por conocer su estudio y al verlos trabajar me sentí identificado con su alergia a la trascendencia y la palabrería del oficio”, una actitud, dice, que contrasta con su “dedicación sacrificada de horas y esfuerzo”. La desacralización del arte, en una palabra.

Tanto Josep como Pere Santilari desarrollan un concepto pictórico similar, que puede recordar el hiperrealismo de artistas como Antonio López, y por esa razón no es raro que hayan pintado obras conjuntamente.

Sin embargo, los especialistas perciben que en su obra hay un punto de diferenciación: Josep aborda con preferencia la figura, y Pere el paisaje.

“Un día les propuse seguir el proceso de creación de un cuadro y, como no contaba con nadie interesado en la producción ni ningún canal de televisión en España se involucra en proyectos de este tipo, decidimos tirar adelante con el proyecto con pocos medios y recurriendo a ratos perdidos”, ha señalado Trueba.

Según el cineasta, “se trataba de despoetizar el oficio de pintor, retratarlo sin mística ni arrebatos de inspiración”, acercar la cámara al artista con total transparencia y sin mayor artificio.

“El cuadro” se emparenta en su filosofía con su anterior película de no ficción, “La silla de Fernando”, un documental de 81 minutos, presentado como una conversación con Fernán-Gómez, en el que se repasa su infancia, cómo vivió la Guerra Civil, la posguerra, sus años bohemios o sus vivencias con Marlene Dietrich, Ava Gardner o Frank Sinatra, además de sus reflexiones sobre el futuro, la vejez y la muerte.

Rechaza el director de “Soldados de Salamina” cualquier comparación de “El cuadro” con “El sol del membrillo”, de Víctor Erice, basado en el pintor Antonio López, pues su propósito es mucho más modesto y por eso escogió un artista poco conocido.

Este tipo de películas de no ficción no han sido pensadas para una salida comercial, pero, confiesa Trueba, “las hago para divertirme”.

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