La Defensora del Pueblo, preocupada por el copago para enfermos crónicos

La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, ha mostrado hoy su preocupación por el copago a los medicamentos que se dispensan en las farmacias hospitalarias a los pacientes graves o crónicos no ingresados, una medida que está previsto comience a aplicarse a partir del 1 de octubre.

“Tenemos pendiente una recomendación a Sanidad en este campo, todavía no les puedo dar el resultado, pero se lo podré dar en los próximos días sobre este tema, que nos preocupa, el del copago para enfermos crónicos”, ha dicho Becerril en un desayuno con periodistas.

Antes de realizar estas declaraciones, la Defensora se ha reunido con representantes de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), quienes, según han señalado en un comunicado, le han mostrado su preocupación por esta medida y le han solicitado ayuda para “evitar desigualdades de acceso a fármacos oncológicos a los pacientes con cáncer de todo el territorio nacional”.

Los miembros de la sociedad han pedido a Becerril que solicite a las autoridades andaluzas la retirada de su acuerdo marco por el que los centros hospitalarios pueden dispensar un mismo principio activo para determinadas indicaciones terapéuticas.

La SEOM rechaza “las declaraciones de equivalencia terapéutica entre medicamentos oncológicos distintos, ya que merman las posibilidades terapéuticas, deterioran el valor de la innovación y limitan la capacidad del médico para prescribir a cada paciente el medicamento que considera más adecuado”.

A las críticas de esta sociedad se ha sumado el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), quien en un comunicado ha calificado hoy el copago en las farmacias hospitalarias como “una medida que ataca directamente” a este colectivo de enfermos.

“Supondrá -dice la asociación- no sólo un problema económico para muchos pacientes y familias, sino que conllevará un incremento del empobrecimiento de la población y de las desigualdades sociales”.

Los pacientes insisten en que son medicamentos que tienen que tomar necesariamente ya que, en muchos casos, de ellos depende su supervivencia.

Advierten, también, de que no están dispuestos a tolerar “la excusa del copago como medida disuasoria para racionalizar el gasto farmacéutico, ya que se trataría de un atentado contra nuestra salud disuadirnos de seguir un tratamiento oncológico”.