Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Descansar en paz no es fácil para muchos latinoamericanos

Descansar en paz no es fácil para muchos latinoamericanos

EFE

Bogotá —

0

El expresidente brasileño Joao Goulart se sumó hoy a la larga lista de latinoamericanos cuyos restos han sido exhumados, en la cual están padres de la patria, mandatarios, premios Nobel, narcotraficantes, artistas y también millares de víctimas de la violencia criminal y la represión política.

Pablo Neruda, María Félix, Salvador Allende, Pablo Escobar, Eva Perón y Eduardo Frei Montalva tienen en común que, como otros muchos, no han podido descansar en paz después de muertos.

La exhumación de Goulart, presidente de 1961 a 1964, es para determinar si su muerte, ocurrida en el exilio en Argentina hace 37 años, se debió a un ataque al corazón o a un envenenamiento.

La familia Goulart, que estuvo hoy en el cementerio de Sao Borja (sur de Brasil) para presenciar la exhumación, sospecha que “Jango”, como era conocido, pudo ser asesinado por orden de los militares que le sacaron del poder en 1964 e instalaron una larga dictadura en Brasil años antes que las que proliferaron más al sur.

Por razones parecidas fueron exhumados en abril de este año los restos del poeta chileno Pablo Neruda, Nobel de Literatura 1971.

En este caso no se pudieron confirmar las sospechas de envenenamiento, planteadas por el Partido Comunista de Chile, en el cual militó Neruda, cuya muerte se produjo en una clínica de Santiago en los días posteriores al golpe de Estado de 1973.

Los expertos chilenos y extranjeros que analizaron los huesos de Neruda descartaron hace un mes que muriera envenenado y respaldaron como causa de su muerte la certificada originalmente: un cáncer de próstata avanzado.

Los restos de dos presidentes chilenos, Salvador Allende y Eduardo Frei Montalva, corrieron la misma suerte que los de Neruda y Goulart.

En el caso del democristiano Frei (1964-1970), opositor a Augusto Pinochet, la justicia estableció en 2009 que hubo una mano negra en la infección bacteriana que lo mató en 1982 después de una operación.

Se considera por ello que su muerte es el primer magnicidio de la historia de Chile.

En el caso de Allende (1970-1973) la exhumación de sus restos en 2011 sirvió para determinar que se quitó la vida durante el bombardeo del Palacio de La Moneda por las fuerzas golpistas.

El descanso eterno del Libertador Simón Bolívar, al igual que los de dos de sus hermanas, también fue alterado.

En 2010, en medio de una gran polémica, sus restos fueron sacados del Panteón Nacional en Caracas por decisión del Gobierno de Hugo Chávez para verificar si efectivamente eran los suyos y establecer con precisión la causa de su muerte.

Tres años antes Chávez había anunciado la creación de una comisión especial para investigar si Bolívar murió envenenado y no de una tuberculosis como dicen los libros de historia.

La Academia Nacional de Historia de Venezuela consideró “absolutamente innecesario e injustificado” y “el irrespeto más grave que se le haya hecho” el acto de exhumación de Bolívar.

El cadáver de Eva Perón, la “abanderada de los humildes”, no conoció el descanso hasta pasados muchos años después de su muerte, ocurrida en 1952 en Buenos Aires.

El cadáver, que fue embalsamado, estuvo cinco años sin recibir sepultura y después permaneció oculto durante 14 años, enterrado con otro nombre en una tumba en Milán, hasta que fue exhumado y entregado al general Juan Domingo Perón en 1971 en Madrid.

En 1974, con Perón ya fallecido, fue trasladado a Argentina, donde recibió sepultura en el cementerio porteño de La Recoleta.

A “La Doña”, como era conocida la bella actriz mexicana María Félix, la desenterraron en 2002 por una denuncia penal que presentó uno de sus hermanos, que sospechó que podía haber sido envenenada.

Los estudios de las muestras de diversos órganos tomadas en la exhumación determinaron que murió de muerte natural a los 88 años, en 2002.

Pablo Escobar, el sanguinario capo del cartel de la cocaína de Medellín, que falleció en 1993 en un enfrentamiento con la policía, también vio interrumpido su descanso.

En 2006, a petición de su familia, sus restos fueron exhumados con un doble propósito: saber si eran de verdad los suyos y obtener pruebas para responder a una demanda de paternidad.

Sin embargo, las exhumaciones más frecuentes en América Latina no son de personas que fueron famosas en vida.

Décadas después de las dictaduras del Cono Sur, en Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile se siguen buscando tumbas clandestinas y desenterrando restos para acabar con la tragedia de miles de familias que no saben cuál fue el destino de sus familiares.

En Guatemala, Perú, Colombia y otros países se exhuma a las víctimas de las matanzas perpetradas en el marco de los conflictos internos y en México a las víctimas del crimen organizado y a los inmigrantes indocumentados fallecidos en el intento de llegar a Estados Unidos.

Etiquetas
stats