Detenidas 30 personas de una red que introducían hachís en motos acuáticas

Una organización dedicada al narcotráfico que introducía a través de la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar partidas de hachís procedentes de Marruecos ha sido desarticulada y se ha detenido a treinta personas por su presunta participación.

La organización, que introducía hachís en el litoral andaluz mediante motos acuáticas, blanqueaba supuestamente sus beneficios mediante negocios de restauración ubicados en Sierra Nevada y de locutorios distribuidos a lo largo de la Costa del Sol, según un comunicado remitido hoy a Efe por la Comisaría Provincial.

En la operación han sido detenidas treinta personas e intervenidos cerca de 500 kilos de hachís, 7.200 euros, once vehículos, tres embarcaciones y varias armas de fuego, y se han bloqueado bienes muebles e inmuebles valorados en más de 3.300.000 euros.

Según las pesquisas, la organización disponía de embarcaciones, tanto de pesca como recreativas, con las que transportaban la droga desde Marruecos hasta unas coordenadas preestablecidas del mar mediterráneo y una vez en el punto el hachís era trasvasado a motos de agua que se encargaban de trasladarlo a la costa.

En España, la base de operaciones del grupo delictivo se hallaba en la provincia de Málaga, desde donde uno de sus miembros mantenía los contactos con los proveedores del hachís afincados en Marruecos.

Para el almacenaje y custodia del estupefaciente, la organización disponía supuestamente de varios domicilios de seguridad ubicados en el litoral del Campo de Gibraltar, que disponían de un acceso rápido a la costa para facilitar la introducción del estupefaciente.

El hachís era introducido presuntamente en el mercado andaluz por una célula que la propia red había establecido, proporcionándoles de esta manera grandes beneficios, al no haber intermediarios.

Durante la explotación de la operación, la Guardia Civil ha desmantelado la totalidad de la organización criminal: proveedores, custodia, traslado y distribución en España.

Al parecer, la red era liderada por un italiano residente en España, encargado de organizar toda la infraestructura necesaria para la introducción de la droga en nuestro país, su distribución y el blanqueo de los beneficios obtenidos de esta actividad ilícita.

Para la introducción en el mercado legal de los beneficios obtenidos, la organización disponía de negocios de restauración en Sierra Nevada, así como de varios locutorios distribuidos a lo largo de la Costa del Sol.

En la operación se han practicado siete registros domiciliarios, cuatro en la provincia de Málaga y tres en Algeciras (Cádiz).

Las investigaciones, dirigidas por el Juzgado de Instrucción número dos de Torrevieja (Alicante), han sido llevadas a cabo por especialistas en la lucha contra el crimen organizado de la Guardia Civil de Málaga.