Disidentes ven una coyuntura favorable para ganar apoyo social por un cambio en Cuba

Disidentes cubanos agrupados en la opositora Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD) consideraron hoy que se está generando una coyuntura “favorable” para lograr mayor apoyo social a su proyecto de participación ciudadana, con el que buscan propiciar cambios democráticos en la isla.

El activista José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), una de las 42 organizaciones integrantes de la MUAD, explicó que esta coalición defiende el diálogo, la reforma legal y cívica no violenta, en pos de una gobernabilidad democrática, algo que “solo se podrá alcanzar con el apoyo de los ciudadanos”.

“La mayoría de los cubanos están cansados del régimen y si tenían esperanzas en el reciente VII Congreso del Partido (Comunista de Cuba, único), pues ya vieron que no sucedió nada”, indicó Ferrer en conferencia de prensa con medios extranjeros en La Habana.

Ferrer afirmó que “partiendo de lo que está sintiendo la población” entre la que crece, a su juicio, el “descontento” y la “desesperación”, sumado a la situación de los gobiernos de izquierda en América Latina“, hace pensar en una coyuntura ”muy favorable“ para lograr un apoyo social y ciudadano más amplio a sus propuestas.

El activista recordó la situación de crisis de gobiernos aliados de Cuba como Brasil y Venezuela, y señaló que a este ambiente “propicio” se añade a la nueva posición del gobierno de Estados Unidos hacia la isla, “que si fuera compartida por Europa, ayudaría a que este proceso en Cuba se mueva de manera más segura y rápida”.

“Creo que todos estos factores nos van a permitir avanzar esta vez”, sentenció Ferrer sobre el programa de la MUAD, calificado por el líder de Arco Progresista, Manuel Cuesta Morúa, de más “maduro y equilibrado”, resultado de la “visión plural” de sus integrantes.

Según explicaron los opositores, esta coalición se propone trabajar por la inclusión ciudadana en un proyecto de “libertad, prosperidad y dignidad” a través de propuestas de reformas legales y constitucionales con respaldo popular y la presentación de candidatos a cargos de gobierno en las próximas elecciones.

Como parte de sus líneas generales, la MUAD pretende establecer un diálogo nacional que facilite la aplicación de los derechos humanos, favorecer una economía social de mercado y la libre sindicalización de los trabajadores, reconocer a la diáspora cubana y trabajar por un “Estado social y democrático de derecho”.

Además, este grupo propone una reforma del sistema electoral y laboral, así como de la ley de asociaciones vigente en el país caribeño, y plantean la realización de un plebiscito que permita a la ciudadanía dar legitimidad a los procesos políticos en Cuba.

También abogan por elaborar leyes en asuntos como la propiedad, la erradicación de cualquier forma de discriminación, de estímulo a la juventud, de protección especial a los ancianos y de garantía al “libre tránsito como derecho ciudadano”.

Para lograr apoyo popular, la MUAD se ha puesto como objetivo “capacitar activistas” que vayan de “casa en casa educando a la población” y que den a conocer el contenido de la propuesta.

El Gobierno de Cuba considera a los disidentes como “contrarrevolucionarios” y “mercenarios” al servicio de intereses extranjeros.