EE.UU., preocupado ante la huida de rohinyás a Bangladesh por la violencia en Birmania

Estados Unidos expresó hoy su preocupación ante la huida en las últimas dos semanas a Bangladesh de 290.000 rohinyás por la violencia en el estado birmano de Rakhine.

Las autoridades estadounidenses están “muy preocupadas” por el anuncio de la ONU de la llegada de estos 290.000 rohinyás desde el 25 de agosto “tras alegaciones de graves abusos de derechos humanos en el estado birmano de Rakhine, incluyendo ataques violentos y la quema masiva de pueblos”.

“Continuamos coordinando de manera cercana con nuestros aliados, incluyendo el alto comisionado de la ONU para refugiados, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Organización Internacional para la Migración para proveer ayuda de emergencia a estas personas”, indicó hoy el Departamento de Estado en un comunicado.

Desde octubre de 2016, el Gobierno de EE.UU. ha proporcionado cerca de 63 millones de dólares en ayuda humanitaria para comunidades vulnerables desplazadas dentro de Birmania y desde Birmana a lo largo de la región, señala la nota.

“Aplaudimos la generosidad del Gobierno de Bangladesh a la hora de responder a esta crisis humanitaria y apreciamos sus esfuerzos continuados para garantizar que la ayuda llega a la población afectada”, agrega.

Las agencias de la ONU estiman que unos 300.000 miembros esa minoría musulmana lleguen en total al país huyendo de la violencia en el estado birmano de Rakhine.

La crisis comenzó el pasado 25 de agosto, tras un ataque de un grupo insurgente rohinyá contra casetas policiales y militares en el estado de Rakhine, en el noroeste de Birmania, que fue respondido con una operación militar en la zona.

De acuerdo con cifras oficiales birmanas, el número de muertos allí es de algo más de 400, pero testigos y organizaciones de derechos humanos hablan de tiroteos indiscriminados contra la población y el incendio de pueblos enteros, así como violaciones de los derechos humanos.

La nueva oleada de refugiados se produce después de que a finales del año pasado el Ejército birmano llevara a cabo otra campaña militar tras un ataque insurgente, que en aquella ocasión provocó el éxodo de más de 80.000 rohinyás y la condena de organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos.

Entre 300.000 y 500.000 rohinyás vivían ya antes de esta crisis en Bangladesh, país que solo reconoce como refugiados a 32.000 de ellos, afincados en los campos del distrito suroriental de Cox's Bazar.