Ecologistas coinciden en que Nuclenor emplea una “treta” para ganar tiempo

Grupos ecologistas han coincidido hoy en que la petición de Garoña de renovar su autorización de explotación por un año más, pero sin producir energía, es una “treta” para ganar tiempo y, en su caso, poder acogerse a la nueva reforma del sector eléctrico.

Nuclenor, propietaria de la central de Garoña (Burgos), ha pedido al Gobierno un nuevo plazo para poder prorrogar su actividad más allá del 6 de julio de 2013 -fecha de cierre prevista-, una petición que tendrá que estudiar previamente el Consejo de Seguridad Nuclear.

La solicitud de ampliación es de un año, “sin operar a potencia”, es decir, sin producir electricidad, han explicado las organizaciones ecologistas.

A juicio de Francisco Castejón y de Carlos Bravo, portavoces de Ecologistas en Acción y de la asociación Salvia, respectivamente, Nuclenor pretende “ganar tiempo” para conocer “qué tiene el Gobierno entre manos” con la reforma del sector eléctrico y, en su caso, poder acogerse a la misma si considera que beneficia sus intereses.

Además, junto a Greenpeace, han coincidido en pedir al Consejo de Seguridad Nuclear que no conceda la prórroga solicitada.

Según Carlos Bravo, en apariencia pudiera parecer surrealista mantener una central abierta sin operar, pero “no lo es en absoluto”, porque así se mantiene activa dentro del sistema eléctrico y tiene la posibilidad de repensar su futuro, una opinión compartida por Castejón.

Greenpeace subraya asimismo que el CSN no puede autorizar esta prórroga sin vulnerar sus propios requisitos en materia de seguridad nuclear, porque ya remitió un informe en el que se denegaba dicha prórroga alegando que no podía realizar la revisión, evaluación, e inspecciones que procedían en el tiempo que quedaba para hacerlo.

“Un nueva revocación de la revocación de la Orden Ministerial de cierre de Garoña es reirse del derecho, de los procedimientos y en definitiva del poder legislativo”, añade.

Ecologistas en Acción también añade motivos técnicos y políticos que, a su juicio, hacen inviable la prórroga, y califica de “desfachatez” pensar que se puede evitar el cierre menos de dos meses antes de que éste se produzca (el próximo 6 de julio).

Nuclenor realiza su petición “a destiempo y tras haber permitido que pasaran todos los plazos legales para pedir la prórroga de funcionamiento en tiempo y forma”.

En su opinión, resulta “imposible” alargar su funcionamiento, porque en tan corto espacio de tiempo, el CSN no podría evaluar la documentación que Nuclenor habría de enviarle para dictaminar si se puede o no prorrogar la vida de la central.

También aduce que la concesión sería un “escándalo” desde el punto de vista político, puesto que Industria “se plegaría a los deseos” de Iberdrola y Endesa, propietarios de Garoña.