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Egipto no consigue controlar al EI, a pesar de su guerra contra el terrorismo

EFE

El Cairo —

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A pesar de la denominada “guerra contra el terrorismo” lanzada por las autoridades egipcias, la filial local del grupo yihadista Estado Islámico (EI) continúa más activa que nunca, sobre todo en el Sinaí, donde el fracaso de la estrategia del Gobierno ha sido más patente.

Un reciente informe del Instituto Tahrir para la Política en Oriente Medio, pone en evidencia que los atentados en el país no solo no han cesado, sino que han aumentado durante este año, y que los objetivos y el radio de acción de los radicales se han ampliado y diversificado.

El grupo radical Ansar Bait al Maqdis, que juró lealtad al EI en noviembre de 2014 y adoptó el nombre de Wilayat Sina (provincia del Sinaí), es actualmente el más activo y el que representa el principal reto para las autoridades, explicó a Efe la autora del informe, Allison McManus.

Los últimos ataques de esa organización, sobre todo su supuesta autoría del atentado contra un avión ruso con 224 personas a bordo el pasado 31 de octubre, demuestran que está “cada vez más dispuesta a atentar contra los civiles, para aterrorizar, llamar la atención y obtener sus objetivos”, subrayó McManus.

Ese ataque indica que Wilayat Sina está siguiendo la estrategia de la organización matriz, que busca generar el caos e imponer su autoridad mediante el terror, y no con la creación de una base popular en las áreas donde opera, explicó a Efe el analista Mujtar Awad, experto en grupos islámicos radicales.

“Puede que, a partir de ahora, Wilayat Sina se centre en blancos más fáciles para maximizar las víctimas, en lugar de evitar los civiles y la población local”, como estaba haciendo hasta el momento, añadió.

Su principal objetivo han sido las fuerzas de seguridad egipcias -a las que el grupo tacha de “apóstatas”-, contra las que han intensificado sus ataques desde el derrocamiento militar del presidente islamista, Mohamed Mursi, en julio de 2013.

Desde entonces, las autoridades egipcias están embarcadas en una “guerra contra el terrorismo”, que no ha conseguido erradicar la violencia y, sobre todo, evitar que el Sinaí se convierta en una base de operaciones de los extremistas.

“Sin duda, la incapacidad de erradicar a los yihadistas ha permitido que estos crezcan y se desarrollen y que se hayan arraigado en el noreste del Sinaí”, aseguró Awad.

Según el analista, el Ejército egipcio carece de las capacidades para hacer frente a esta guerra “asimétrica”, debido a los fallos en la Inteligencia (dónde están y cómo actúan los milicianos) y a la hora de cortar las fuentes de financiación.

Ambos expertos consultados por Efe destacaron que el Gobierno egipcio debería adoptar una estrategia más global en el Sinaí, en la que se incluya a la población local, en lugar de marginarla y castigarla en ocasiones, y que se base en el desarrollo económico y social de la región.

La violencia también ha aumentado en otras zonas de Egipto, sobre todo en El Cairo, donde en 2015 se han registrado ataques principalmente con bombas caseras y los objetivos han sido más diversos, incluidos comerciales y civiles.

Según el informe del Instituto Tahrir, el aumento de los ataques en centros urbanos y contra objetivos diferentes ha hecho que aumenten las víctimas civiles: tres veces más que en el año anterior.

Otra zona “caliente”, según el informe, es el Desierto Occidental, donde el pasado mes de octubre ocho turistas mexicanos perdieron la vida en un bombardeo de las tropas egipcias, que supuestamente estaban persiguiendo a “terroristas” en esa zona, muy popular para safaris y excursiones.

Por primera vez, Wilayat Sina dio a conocer que estaba operando en ese desierto, situado a unos 300 kilómetros al oeste de la capital y ruta tradicional del contrabando de armas desde la vecina Libia.

“Si el EI consigue establecerse (en esta zona), podría usarla como base para reclutar combatientes del interior del país y para lanzar ataques” más allá del Sinaí, advirtió Awad, añadiendo que es una zona difícil de controlar.

No obstante, según el experto, Egipto no se convertirá en un nuevo foco yihadista en Oriente Medio, como Siria o Libia, porque no es un “teatro fácil” de operaciones ni hay el “caos” necesario para atraer a combatientes de todo el mundo.

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