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Gran parte de la España rural sigue celebrando el 18 de julio

Diego Barcala

El capitán republicano Virgilio Leret luchó por la democracia hasta que se le acabó la munición en la madrugada del 18 de julio de 1936 en Melilla. Sus compañeros militares se habían sublevado contra el Gobierno un día antes y él fue fiel a los votos hasta que acabó con un brazo roto y fusilado de madrugada. Fue la primera de una lista abultada de víctimas que, según el historiador Julián Casanova, alcanza el terrible balance de 40.000 personas en un verano. “Un 70% de las víctimas de la guerra se producen en esos meses”, añade el investigador de la Universidad de Zaragoza.

77 años después, ciudades como Toledo o Valladolid siguen celebrando aquel nefasto día en sus callejeros. Son las dos ciudades más representativas de todas las que mantienen hoy la celebración de un golpe en sus calles, plazas y avenidas.

Google Maps, idealista.com, páginas amarillas o el propio Boletín Oficial del Estado delatan a un callejero que incumple la ley 52/2007 de la Memoria Histórica por “la exaltación de los protagonistas de la Guerra Civil y la Dictadura”. Las calles, avenidas o plazas del 18 o Dieciocho de julio (en numerosas ocasiones la fecha es reproducida con letras) aparecen como setas en decenas de municipios españoles. Fuensalida, Gálvez, Ibahernando, Colunga, Guijo de Galisteo, Medina de Rioseco, Navalperal de Pinares, Tijarafe, Arrecife, Suances o Serradilla del Llano cuentan con su propio homenaje al golpe. En la mayor parte de Extremadura, Castilla y León y Canarias (donde empezó todo) pervive el franquismo, según los callejeros de referencia de la Red.

Ver Municipios que mantienen el homenaje al “18 de julio” en un mapa más grande

“Durante 40 años fue la única celebración civil del país. El resto de festividades eran religiosas. Incluso el 1 de mayo se convirtió en San José Artesano. Por eso fue tan difícil implantar el día de la Constitución”, explica Casanova. La simbología franquista del 18 de julio fue clave para el dictador Francisco Franco, que renombró todo tipo de instalaciones públicas con la fecha de fundación de su régimen. De hecho, la paga extra de verano se entregaba a los trabajadores el 18 de julio.

Google Maps desactualizado

En muchos casos como en Calpe o Astillero, el callejero de Google es injusto. Los ayuntamientos de estos pueblos cambiaron los nombres de sus calles del 18 de julio por Avenida de la Pau y de España respectivamente, pero en los callejeros de la Red sigue la tradición franquista. No es el único lugar desactualizado. En el BOE aparecen gestiones inmobiliarias de los últimos meses donde también se alude al “alzamiento nacional”, como llamaba la Dictadura al golpe. En el callejero de Cáceres también existe la calle 18 de julio pese a que, según fuentes municipales, ahora se denomina Norbano Flaco, por el procónsul romano que fundó la ciudad.

Donde no hay dudas es en Toledo. IU-Los Verdes ha reclamado que la calle 18 de julio sea renombrada de Nelson Mandela como “homenaje a su lucha por la justicia y la igualdad”, según propondrá en pleno hoy (18 de julio) el concejal Aurelio San Emeterio. El Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, aprobó hace tres años el cambio de la numerosa simbología franquista de la capital manchega, pero todavía no se ha cumplido el acuerdo.

En Valladolid también resiste el alzamiento. El último callejero oficial publicado en 2012 mantiene el nombre “18 de julio” para todo un barrio de la capital de Castilla y León. El PP rechazó en 2011 cambiar el nombre “por no existir consenso ni de izquierdas ni de derechas” para hacerlo. Los conservadores alegaron además que la ley de la memoria no tenía “alcance general”.

La Plataforma por la Retirada de los Nombres y Símbolos Franquistas de Valladolid reclama la retirada de la cruz laureada de San Fernando del escudo municipal que Franco concedió a Valladolid por su apoyo al “alzamiento”. El PP alega que debe ser “el que la otorgó” el que debe pedir su retirada.

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