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Ex asesor de Bildu espera su absolución y no tiene “duda” de que es un pulso político para perjudicar a su partid

EUROPA PRESS

MADRID —

El ex secretario personal del alcalde de San Sebastián, Josetxo Ibaceta, juzgado por amenazar a varios aficionados de la selección española que celebraban la victoria de 'La Roja' en la pasada edición de la Eurocopa, ha esperado este martes su libre absolución y ha afirmado que no tiene “ninguna duda” de que los incidentes responden a un “pulso político” para perjudicar a Bildu.

“Pueden decir que no me conocen, pero yo estoy absolutamente convencido de que sí. Hoy, no me queda ya ninguna duda de que al final es un pulso político para perjudicarme a mí, a su vez perjudicar a Bildu, al equipo de Gobierno. Espero una absolución”, ha expresado Ibaceta, al hacer uso de su derecho a la última palabra en la última sesión del juicio.

En su alegato final que se ha prolongado durante cerca de 45 minutos, el abogado defensor de Ibaceta ha pedido la libre absolución del procesado y ha alegado que quien fuera mano derecha del alcalde de San Sebastián fue “increpado” y “provocado” por los tres testigos protegidos. “No pasó nada más. Todo lo demás es mentira”, ha remachado.

En este sentido, ha explicado a la Sala que con una “mera consulta en google” ha podido comprobar que dos de los tres testigos protegidos son concejales en el Ayuntamiento de Zarauz por lo que, a su juicio, no resulta creíble que no conocieran a Ibaceta. “Usaron el video para perjudicarle a él y a Bildu”, ha enfatizado.

Asimismo, ha pedido al tribunal, que preside el magistrado Alfonso Guevara, que valore los hechos como falta en lugar de delito al tratarse de un “incidente verbal”, que no fue “más allá de las palabras” y porque, “de haberse realizado, habría sido al calor de la ira” siendo una “explosión de ira transitoria”. “Se trata de una falta meramente circunstancial”, ha indicado.

INCIDENTE “BREVE Y AISLADO”

En esta línea, ha esgrimido que hay una “clara inexistencia real de causar el mal”, pues no hay una intención “real” de provocar la muerte de los testigos, al tiempo que ha agregado que tampoco concurre “persistencia” al tratarse de un acto “breve” y “aislado” ni seriedad en la amenazas, a tenor de que se produjeron en un “ambiente tabernario” y ni si quiera la Ertzaintza abrió diligencias policiales por los hechos.

La defensa ha defendido que Ibaceta “no conocía a estas personas”, por lo que “no había ningún motivo para amenazar”. Asimismo, ha afirmado que no existe siquiera prueba de cargo suficiente para determinar la autoría ni si hubo una falta de amenazas porque “no hay denuncia de los testigos” ni se han personado en la causa como acusación particular lo que denota su “evidente desinterés en perseguir los hechos”. “Ni son denunciantes ni son perjudicados”, ha alegado.

Por otra parte, ha destacado que ha quedado probado a lo largo del juicio que es “materialmente imposible” que hubiera mesas de terrazas de las que Ibaceta hubiera podido conseguir unos platos con los que agredir a uno de los testigos.

Sobre el escrito de acusación del fiscal Carlos Bautista, ha señalado que se trata de un “análisis descontextualizado” de los hechos y de un planteamiento “incompleto y aislado”. “No hay prueba apta para sustentar el relato fáctico del Ministerio Fiscal”, ha manifestado la defensa de Ibaceta.

El Ministerio Fiscal solicitó en la vista de ayer una pena de dos años y diez meses de cárcel junto con otra de inhabilitación absoluta durante un periodo de diez años por un delito de amenazas terroristas y una falta de maltrato. También pidió al tribunal que prohíba a Ibaceta aproximarse a menos de 2.000 metros a los tres jóvenes y que se abstenga de comunicarse con ellos o de acudir a su domicilio o lugar de trabajo durante diez años y medio.

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