Fedea propone un 'freno de deuda' a las CCAA e incrementar su responsabilidad fiscal en el nuevo sistema de financiación

El trabajo revisa las finanzas de las comunidades desde 2003 a 2017; De la Fuente explica que el año pasado supuso “la vuelta a una cierta normalidad” de las cuentas regionales y se cerró lo que se puede considerar un ciclo completo tras un periodo de crisis largo.

Tras analizar múltiples variables de ingresos y gastos, en el documento se recogen algunas conclusiones de cara a la reforma del sistema de financiación autonómica. De la Fuente explica que existe un problema de “indisciplina fiscal” que se debe corregir y tomar medidas para suavizar los efectos de los ciclos económicos.

Por un lado, este experto defiende que se aplique de manera “rigurosa” la regla de gasto; se trata de una medida introducida en la Ley de Estabilidad para impedir que las administraciones públicas gasten por encima de su PIB potencial. “En principio el mecanismo parece bien diseñado”, admite De al Fuente, para quien está por ver sin embargo si se aplicará cuando lleguen las comunidades al superávit, cosa que ya está ocurriendo.

Por ello, propone introducir “una especie de freno de deuda”, deducir del límite de gasto una cantidad que tenga que destinarse a reducir la deuda y dejarla en un nivel “razonable”, de manera que “deje un margen de actuación cuando llegue la próxima recesión”. Según plantea De la Fuente, se evitarían así picos de gasto en momentos de bonanza y se fomentaría el ahorro.

UN FONDO DE RESERVA

A esta previsión anticíclica, el experto propone otras, ya relacionadas directamente con el sistema de financiación. Por un lado, incrementar la corresponsabilidad fiscal de las comunidades para que tengan que rendir cuentas políticas si quieren lograr ingresos para gastar más. Se evitaría así “trasladar tales costes, al menos parcialmente, al Gobierno central, como se ha hecho con frecuencia hasta el momento”.

Por otro lado, De la Fuente propone crear en el sistema de financiación un fondo que denomina de estabilización o de reserva, así como la creación de una tasa de referencia para el crecimiento de los ingresos del sistema, los ingresos que alimentan el fondo básico de financiación.

Cuando estos ingresos crecieran por encima de esa tasa de referencia, la diferencia se ingresaría en el fondo de reserva y cuando sucediera lo contrario, se extraerían recursos de allí para completar la financiación de las comunidades. Se mantendría “un ritmo constante de crecimiento de la financiación que evitaría la necesidad de recortar prestaciones en periodos recesivos”.

Apunta De la Fuente que para que este mecanismo funcione correctamente sería necesario que las entradas y salidas de recursos del fondo se reserva se compensaran aproximadamente a lo largo del ciclo.