La Fiscalía francesa pide juzgar al hijo de Obiang por blanqueo y malversación

La Fiscalía financiera francesa pidió hoy que Teodoro Nguema Obiang Mangue, “Teodorín”, sea presentado a juicio ante el Tribunal Correccional de París por delitos, entre otros, de blanqueo y malversación de fondos, informaron hoy las ONG Sherpa y Transparency International (TI).

La demanda del Ministerio Público fue formulada el pasado lunes, y ahora corresponderá a los magistrados instructores decidir si Obiang es sometido a juicio, señalaron en un comunicado conjunto ambas ONG, en el origen de la instrucción iniciada en 2010 contra el segundo vicepresidente e hijo del presidente de Guinea Ecuatorial.

Sobre Obiang pesan las acusaciones de haber practicado operaciones de blanqueo, malversación de fondos públicos, abuso de bienes sociales, abuso de confianza y corrupción.

Sherpa y TI recuerdan que “la requisitoria (del fiscal) es fruto de una investigación extremadamente minuciosa y precisa que ha podido llevarse a cabo a pesar de la vana multiplicación de todos los recursos (...) para intentar paralizar, retrasar y fragilizar la instrucción”.

La justicia abrió en 2010 una investigación sobre el patrimonio en Francia de Obiang para determinar si lo consiguió a través de la malversación de fondos públicos de su país.

Las pesquisas en la llamada investigación por los “bienes mal adquiridos” incluyen también a líderes africanos como el presidente del Congo, Denis Sassou Nguesso, y el difunto jefe de Estado de Gabón Omar Bongo.

En diciembre de 2011, los magistrados franceses confiscaron los automóviles de lujo que “Teodorín” había acumulado en Francia.

Su colección de coches, de marcas como Bugatti, Maserati, Ferrari, Rolls Royce o Porsche, fue subastada posteriormente por 3,21 millones de euros (unos 4,4 millones de dólares) por la Agencia de Gestión y Cobro de Bienes Requisados y Confiscados (Agrasc).

También se ordenó retirar el mobiliario y objetos de valor y obras de arte -entre ellas de Degas o Renoir- de un palacete de 6.000 metros cuadrados que el hijo de Obiang poseía en la lujosa avenida Foch de París, a la postre también requisado.