El Foro Social apuesta por el desarme de ETA y la reinserción individual

El Foro Social para Impulsar el Proceso de Paz, en el que han participado entidades y partidos como Sortu y el PNV, apuesta por acometer el desarme de ETA y por la reinserción de los presos de manera individual, una vez reconocido el daño causado.

Las conclusiones de este foro, celebrado en dos sesiones en Pamplona y Bilbao los pasados 14 y 15 de marzo, han sido presentadas hoy en el Palacio de Aiete de San Sebastián por los colectivos que lo auspiciaron, Lokarri y Bake Bidea, y por Andy Carl, director de una ONG londinense dedicada a la resolución de conflictos.

Las doce recomendaciones, cuyo fin es desbloquear el proceso del fin de terrorismo, han sido elaboradas por los promotores del foro, atendiendo a las aportaciones de expertos internacionales en materia de resolución de conflictos y, según ha explicado el coordinador de Lokarri, Paul Ríos, no implican la adhesión de todas las entidades y partidos que participaron en las jornadas.

El texto aboga por la “reintegración” en la sociedad de los presos de ETA, pero por medio de “cauces legales”, aceptando que, aunque sea un “proceso integral”, “se debe desarrollar de forma individualizada, escalonada y en tiempo prudencial”.

Dicho proceso requeriría que los reclusos “muestren su compromiso con el nuevo escenario de paz y renuncien a las vías violentas, además de reconocer el daño causado como consecuencia de su actuación”.

No obstante, se recomienda un consenso “sobre una solución integral a la cuestión de las personas presas y huidas”, para lo que abogan por “adecuar la legalidad a la realidad y aplicar una justicia de carácter transicional”.

En este contexto, “como punto de partida” el documento pide al Gobierno que elimine “medidas excepcionales contrarias a los estándares internacionales” y en concreto sugiere la puesta en libertad de presos “gravemente enfermos” y los que han cumplido sus condenas, así como el fin de la dispersión.

También recomienda el “diseño de un proceso controlado, ordenado y consensuado que culmine con el desmantelamiento de las armas y estructuras militares de ETA”, lo que deberá contar con la intervención de “organismos facilitadores independientes que den seguridad de lo realizado tanto a los Estados y sus instituciones como a la sociedad en general”.

El Foro aboga por “fijar el principio de que no puede haber lugar para la impunidad” porque, “además de no tener encaje en el ordenamiento jurídico internacional, iría en contra de los principios de verdad, justicia y reparación y de los derechos de las víctimas”.

“Ahora bien, los estándares internacionales sí permiten que la aplicación de la justicia tenga en cuenta el contexto de un proceso de paz”, añade el documento.

A su juicio, las instituciones deben promover un “proceso amplio de verdad, justicia y reconciliación de carácter integral y que abarque al conjunto de la sociedad”, para lo que recomiendan la creación de un “mecanismo para la verdad y la reconciliación” independiente, pero promovido o apoyado por las instituciones.

“Es necesario abordar lo acontecido y sus causas y reconocer y reparar al conjunto de las víctimas y reconocer todo el daño causado”, sostienen las recomendaciones.

El Foro Social plantea la elaboración de una base de datos “oficial, pública y completa” de todas “las víctimas y vulneraciones de derechos humanos” para “preservar la memoria”, así como facilitar “diversas maneras de narrar y recordar, sin negar lo acontecido”.

También señala la necesidad de “redimensionar el número y la función de las fuerzas de seguridad del Estado para adaptarlos a la realidad”, así como “reforzar los mecanismos de control” sobre los cuerpos policiales.

Las recomendaciones han recibido el espaldarazo del ex primer ministro de Irlanda Bertie Ahern -uno de las personalidades internacionales presentes en la Conferencia de Aiete en octubre de 2011-, quien ha escrito un prólogo en el que recuerda que estas sugerencias se basan en el “conocimiento de reconocidos e imparciales expertos internacionales en la resolución de conflictos” y anima a los vascos a “determinar cuál es la mejor forma de afrontar estos retos en este nuevo tiempo de posibilidades”.