Fracasa en Holanda la negociación de acogida de demandantes de asilo pendientes de retorno

Las negociaciones entre el Gobierno holandés y las autoridades de los municipios del país para ofrecer servicios de acogida básicos a los solicitantes de asilo cuya petición ha sido rechazada han fracasado, informa hoy la web de Dutchnews.

El motivo de que las negociaciones no hayan llegado a buen puerto, indican los diarios holandeses, es que varios municipios no estaban dispuestos ni preparados para cerrar sus propios centros de acogida.

En Holanda existe una red municipal de oficinas de acogida llamada “Bed & Board”, que consiste en ofrecer servicios básicos, como cama y comida, a aquellas personas que hayan visto denegada la condición de refugiados y vayan a ser deportadas.

El programa ha supuesto desde hace un año un tema de discordia dentro del Gobierno holandés, ya que el Partido Liberal (VDD) se opone a la medida porque cree que anima a los inmigrantes “a quedarse ilegalmente” en el país, mientras que su socio gubernamental, el Partido del Trabajo (PvdA), sí apoya facilitar una acogida básica a esas personas.

El ministro de Justicia holandés, Klaas Dijkhoff, dijo que la existencia de estos centros “dificulta el proceso de deportación” y propuso la imposición de multas a los ayuntamientos que mantengan el servicio de refugio.

Dijkhoff aseguró que el Ejecutivo holandés dejará de financiar estos centros, aunque el problema de cómo gestionar la situación de los solicitantes de asilo rechazados hasta el momento de su deportación quedará en manos del gobierno que se forme tras las elecciones en marzo de 2017.

Por su parte, la diputada del PvdA, Attje Kuiken, lamentó la falta de acuerdo entre el gobierno y los ayuntamientos y aseguró que su partido no apoyará ningún proyecto de ley que no ofrezca “alojamiento humanitario” y “soluciones” a las personas cuyas solicitudes de asilo hayan sido rechazadas.

“Este gabinete y el siguiente tendrán que trabajar en la creación de un sistema de alojamiento apropiado para estas personas, porque vivir en las calles nunca ha tenido efectos positivos para nadie”, concluyó.