El Gobierno vasco aprobará este martes el Plan de Paz y Convivencia, tras incorporar al texto 28 aportaciones

El secretario para la Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, fue el encargado de presentar el pasado viernes el nuevo texto, que incorpora un preámbulo y 27 enmiendas puntuales que corresponden a 28 aportaciones y coinciden en positivo con 42 sugerencias.

El texto, que contempla 18 iniciativas concretas a desarrollar hasta 2016, es considerado por el Gobierno vasco como un “punto de partida” de cara a lograr un acuerdo que pueda servir de “mínimo común ético sólido” para afrontar el proceso para una paz definitiva.

Una de las novedades del texto es el preámbulo en el que se define el marco de participación sobre el que se ha construido el documento y se precisa “su marco de interpretación”, que tiene como referencia el 'suelo ético' aprobado durante la pasada legislatura en el Parlamento vasco.

Las aportaciones añadidas al documento se estructuran en cinco apartados, unos mínimos éticos y democráticos, la posición ante el final de ETA, la narrativa del pasado, el tratamiento de vulneraciones “de signo diferente” y el sentido de la prioridad ante el futuro

En concreto, en el texto se incorpora, de “manera más explícita y más clara” que antes el 'suelo ético' y, sobre esa base, el Plan plantea como objetivo a lograr en la presente legislatura un acuerdo democrático para la convivencia.

Respecto la posición ante el final de ETA, se incluye la exigencia del final, desaparición o disolución de la banda armada, “sin condicionamiento político”, y se apunta como primer paso su desarme y desmantelamiento ordenado, seguro y definitivo.

El Plan rechaza que se trate de “imponer” un relato del pasado, ya que el Gobierno entiende que ello puede conducir al fracaso y, en este sentido, plantea una “reflexión compartida” sobre el pasado partiendo del principio de que todas las vulneraciones de derechos se dieron porque “grupos y personas que antepusieron a la dignidad humana otros objetivos”.

En el texto, se apuesta por “reconocer y reparar” todas las vulneraciones de derechos sin exclusiones y se plantea hacer “valoraciones específicas” de cada “ámbito de vulneración”.

La nuevas propuesta también prevé impulsar un programa propio, denominado 'Hitzeman' (Dar la palabra) para reintegrar a los presos, que se hará extensible a los huidos de ETA. Además, muestra la voluntad del Ejecutivo autónomo de búsqueda de acuerdos con el Gabinete de Mariano Rajoy para “superar las políticas de excepcionalidad”.

GRUPOS

Ante el nuevo texto, formaciones como EH Bildu han criticado la visión “restringida, restrictiva e interesada” de algunos preceptos del Plan de Paz y tras apuntar que se mira más hacia el pasado que hacia el futuro, denuncia que el suelo ético es “más un elemento de imposición y un arma arrojadiza que un intento sincero de acercar posturas”.

Por su parte, el PSE-EE se ha mostrado dispuesto al consenso en torno al Plan y se congratula de la inclusión del suelo ético, pero cree que ello no debe ser, a costa de “diluir la historia” o realizar “una memoria falsa de lo vivido”

Por su parte, el PP insiste en que es necesario clarificar lo ocurrido en el pasado y que se asuma que la existencia de ETA no tuvo justificación. Esta formación defenderá que esa es la base sobre la que se debe construir un futuro de paz y convivencia en Euskadi.

Por último, UPyD se ha mostrado crítico con el planteamiento del Gobierno vasco en relación a este Plan e insiste en que defender la memoria de las víctimas de ETA y la “verdad” sobre los hechos.