El Gobierno turco critica a Erdogan por opinar sobre el proceso de paz con el PKK

El Gobierno turco criticó hoy al presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, por opinar sobre la gestión del proceso de paz con la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

“Queremos a nuestro presidente, conocemos su poder y somos conscientes del servicio que hace, pero por favor, no olviden que hay un Gobierno en este país”, declaró hoy el viceprimer ministro Bülent Arinç en unas declaraciones recogidas por el diario Hürriyet.

Este desencuentro es el de mayor calado hasta ahora desde que Erdogan asumió la presidencia en agosto de 2014 -tras más de una década como primer ministro- después de haber designado como sucesor en el Gobierno a Ahmet Davutoglu.

“El proceso de paz lo está llevando el Gobierno y es el Gobierno el responsable en esta cuestión”, agregó Arinç, portavoz del Ejecutivo.

La controversia surge tras el anuncio del Ejecutivo de que pronto establecerá una comisión de seguimiento del proceso de paz, que pretende poner fin a un conflicto en el que han muerto unas 45.000 personas.

Erdogan aseguró el jueves que está en contra de esa comisión, lamentó enterarse por la prensa de esa iniciativa, y se mostró a favor de que los servicios secretos turcos asuman el papel de seguir la marcha del proceso.

Arinç ya rechazó el viernes esas críticas del jefe del Estado diciendo que eran “emocionales”, mientras que Erdogan recordó el sábado que era el presidente del país.

Erdogan pretende ser un presidente activo, pero está constreñido por las pocas funciones con las que cuenta el jefe del Estado dentro de la democracia parlamentaria turca, al que reserva un papel más bien protocolario.

La Constitución exige al jefe de Estado ser imparcial y renunciar a todo vínculo de partido, pero Erdogan nunca ha ocultado su intención de seguir guiando la política de Turquía desde el sillón presidencial.

Algunos medios turcos ven en las palabras de Arinç la mayor desautorización a Erdogan desde que es presidente y creen que pueden abrir una crisis dentro del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que ha dominado la política turca en los últimos 12 años.

El fundador del PKK, Abdullah Öcalan, solicitó ayer a ese grupo armado que celebre un congreso para decidir sobre el fin de “cuarenta años de lucha armada contra la República turca”, un mensaje que Ankara valoró como “positivo”.