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El Gobierno yemení dispuesto al diálogo de paz pero bajo condiciones ya fijadas

El Gobierno yemení dispuesto al diálogo de paz pero bajo condiciones ya fijadas

EFE

Ginebra —

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El primer ministro yemení, Ahmed Obeid bin Daghr, dijo hoy que, si los rebeldes hutíes y el expresidente de Yemen Ali Abdalá Saleh quieren la paz, el Gobierno acudirá a su llamada, siempre y cuando las milicias entreguen las armas y reconozcan la legitimidad del Ejecutivo.

“Si quieren la paz, porque nosotros queremos la paz ahora, tendrán que reconocer el Ejecutivo nacional y aceptar las resoluciones internacionales”, señaló Bin Daghr un día después de la conferencia de donantes para Yemen, que recaudó 1.100 millones de dólares para paliar la mayor crisis humana actual en el mundo.

El primer ministro se refirió en rueda de prensa a través de un traductor a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU 2216.

Esta resolución exige a las partes beligerantes no tomar decisiones unilaterales, la retirada de las milicias y grupos armados de las ciudades, la entrega de las armas al Estado, la devolución de las instituciones gubernamentales al Ejecutivo del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, la liberación de los detenidos y la reanudación del diálogo nacional.

“No permitiremos el colapso del Estado ni de su legitimidad”, señaló Bin Daghr, quien añadió que tampoco habrá ningún funcionario que acepte la división del país o dejarlo bajo control rebelde.

“No hay duda de que nosotros queremos la paz (...) pero esta paz tiene condiciones, nacionales e internacionales y nuestra gente no permitirá salirse fuera de este marco”, destacó.

“La clave de la paz en Yemen es la entrega de las armas y el reconocimiento de nuestra legitimidad”, sostuvo. “No tenemos nada que hablar más allá de esto”.

Después “se puede hablar de una transición pacífica”, dijo.

La ONU organizó varias rondas de negociaciones bajo la dirección de su enviado especial para el Yemen, Ismail Uld Sheij Ahmed, pero todas terminaron sin éxito.

El conflicto en el Yemen estalló cuando los rebeldes hutíes ocuparon en septiembre de 2014 la capital, Saná, y otras provincias del norte y centro del país, tras lo que el Gobierno yemení se trasladó a la ciudad costera de Adén, en el sur.

La guerra se recrudeció en marzo de 2015 cuando la coalición militar integrada por países suníes encabezada por Arabia Saudí intervino en Yemen a favor de las fuerzas leales al presidente Hadi.

Desde entonces, la coalición ha impuesto un bloqueo aéreo y naval que paraliza el país.

Recientemente el primer ministro aseguró que el Gobierno “legítimo” ha logrado imponer su control sobre el 80 % del país.

Bin Daghr dijo por ello que “tras perder terreno”, los hutíes y Saleh quizás vuelvan a la mesa de diálogo.

Preguntado por el llamamiento del viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Guennadi Gatílov, el martes en la conferencia de donantes para que se evite un ataque contra el puerto de Al Hudaydah, en el oeste de Yemen y en manos de los rebeldes hutíes, ante crecientes rumores de una acción militar, el primer ministro no quiso confirmar si existen preparativos en este sentido.

Yemen depende de las importaciones en entre un 80 % y 90 % de los alimentos, medicinas y combustibles, y ese puerto es el principal punto de entrada para las mismas.

Bin Daghr señaló que Al Hudaydah no es el único puerto del país, pero se trata de uno que es “utilizado” para traficar con armas y para utilizar “ayuda humanitaria para los esfuerzos militares” de los rebeldes, y sugirió que la infraestructura es ingobernable.

“Tener al puerto en esta situación prolongaría la guerra”, señaló, según su traductor.

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