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El Gobierno español no pone pega alguna a Trump

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno.

Luz Sanchis

La reacción del Gobierno de España ante la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses se limitaba este miércoles a expresar los buenos deseos de colaboración entre ambas administraciones en el futuro. Tanto Mariano Rajoy como su reciente ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, han preferido confiar en que el trabajo conjunto seguirá igual que durante el mandato de Barack Obama. Ningún comentario de ningún miembro del gabinete ha incluido la menor dosis de crítica ante el comportamiento de Trump durante esta campaña.

El contraste partía de la respuesta de otros mandatarios europeos, que sí han combinado la felicitación institucional con comentarios sobre la conmoción que les ha supuesto el triunfo del republicano. En el caso de Alemania es lo que sucedía. Como primera ministra, Angela Merkel también ofrecía a Trump “estrecha cooperación” sobre la base de los valores compartidos por ambos países, pero dejaba claros cuáles son esos valores para ella.

Conmoción entre los socialdemócratas alemanes

Como respuesta sutil al machismo y racismo de Trump, la primera ministra recordaba que además de la democracia y la libertad, ambos países deben sentirse unidos “por el respeto a la ley y a la dignidad del ser humano independientemente de su origen, religión, género, orientación sexual o posición política”.

Su responsable de Defensa y vicepresidenta de la CDU, Ursula von der Leyen, admitía haber sentido una “grave conmoción” ante el resultado, lo que no le impidió expresar su respeto por una decisión de los votantes “libre y democrática”. Otro de los cancilleres, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, no tuvo problemas en calificar a Trump de “autoritario y chauvinista”.

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, apoyó a Clinton y se adelantó a calificar de “problema para todo el mundo” la victoria de Trump. Este miércoles reconocía el momento “difícil” por el que pasan las relaciones de EEUU con la Unión Europea y confiaba en que el norteamericano respete “las reglas y derechos fundamentales de la UE”. Schulz ha deseado también que la cara que ha ofrecido Trump durante la campaña sea diferente a la que ofrezca cuando sea inquilino de la Casa Blanca.

Nada más conocerse el triunfo de Trump, era el ministro de Exteriores el primer miembro del Ejecutivo en opinar. Alfonso Dastis procuró hacer equilibrios y relacionar la fuerte personalidad de Trump como baza que le ha llevado a la victoria incluso en estados tradicionalmente demócratas. El responsable de la diplomacia española intentó quitar hierro a la sarta de barbaridades que el republicano ha afirmado durante su campaña y ha apostado por que no se repetirán cuando asuma el mando: “En las luchas electorales se dicen muchas cosas que cuando se está gobernando no se dicen”

Como muestra de optimismo, Dastis confiaba en que el propio sistema estadounidense sirva de mecanismo de control y condicione su comportamiento cuando asuma el poder: “Sospecho que habrá un cambio, una modulación, pero al final será el resultado de la confluencia de los contrapesos y poderes que se tienen que equilibrar, de la nueva persona y de las circunstancias del mundo que le ha tocado vivir”.

El acostumbrado telegrama de felicitación de Rajoy a los mandatarios extranjeros recién elegidos se limitaba a afirmar que los ciudadanos “han hecho oír su voz, revelando una vez más la vitalidad de la democracia estadounidense” y a dar por seguro que se reforzarán los vínculos entre ambos países “buscando el bienestar y la prosperidad”. Antes de despedirse con la expresión de su “más alta colaboración y estima”, Rajoy mostraba su convencimiento de que las relaciones bilaterales se reforzarán.

La “esperanza” de José María Aznar

Pero si alguien en el PP se ha alegrado por el resultado, ése es José María Aznar. El expresidente ha expresado su deseo de que suponga una etapa de “esperanza para la democracia, la libertad y la prosperidad”, además de desearle éxitos. En la web de la fundación FAES, Aznar reconoce la necesidad de analizar las “profundas lecciones” de esos comicios.

El responsable de comunicación del PP, Pablo Casado, prefirió relativizar las polémicas de Trump y centrarse en la “máxima ambición de colaborar” con el Gobierno norteamericano. Como Dastis, Casado enmarcaba en la pelea electoral las agresiones verbales de Clinton y pasaba por alto el escándalo de que presumiera de acosar a las mujeres o la promesa de construir un muro para frenar a los inmigrantes mexicanos, entre otras polémicas.

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