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“En el 11M no hay agujeros negros. Lo que hay son chapuzas”

El abogado Gonzalo Boye

Ramón Lobo

Gonzalo Boye (Viña del Mar, Chile, 1965) es un tipo que no deja indiferente. Tiene una legión de detractores que le siguen llamando “terrorista”; también cuenta con muchos amigos que le alaban por su compromiso con los derechos humanos y las causas más o menos perdidas. Fue condenado a 14 años, ocho meses y un día por su participación en el secuestro de Emiliano Revilla, algo que siempre negó. No se pudo probar que perteneciera al MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), un grupo chileno que luchó con las armas contra la dictadura de Pinochet. Además de ese pasado, Boye tiene presente: es editor de la revista Mongolia y uno de los abogados de Edward Snowden. Ha impulsado en España diversas querellas contra políticos israelíes y estadounidenses. Según WikiLeaks, Boye es un dolor de muelas para EEUU.

Me cita en un restaurante con encanto detrás del edificio de Telefónica en Madrid. No es de los caros ni de los llamativos, solo uno en que se come bien y solo lo saben los iniciados. Llega antes de la hora convenida para esperar al periodista sentado a la mesa de frente a la puerta para ver quién entra. Decido no comentarle hasta el final de la entrevista que soy amigo de la hija de Emiliano Revilla. La conversación se desarrolla en dos partes consecutivas. Al terminar la primera, que creí suficiente, la conversación se volvió muy interesante por lo que decidí grabarla. Aquí la suma de ambas.

Vi hace días el documental de Sebastián Arabia titulado Boye. Hay un asunto que no me quedó claro: ¿fue militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)? 

Salí de Chile a los 17 años. En el año 88, cuando suceden estos hechos [el secuestro de Emiliano Revilla], el MIR estaba en proceso de descomposición o de disolución. 

¿Fue militante cuando vivía en Chile?

Era menor de edad cuando viví en Chile y cuando salí del país. No, en Chile no era militante del MIR. Cuando nos detuvieron en el año 92, algunos altos cargos del MIR negaron nuestra militancia. En estos momentos hay un procedimiento abierto en EEUU en el que se trata de determinar si el MIR es una organización terrorista. El 25 de enero de este año, el MIR ha presentado la documentación necesaria para legalizarse como partido político en Chile.

¿Cuándo conoce a René Valenzuela? Él fue un dirigente del MIR. ¿Cuándo conoce a los demás?

A René le conozco en París. A Ramiro [Silva] le conozco aquí. A Alexis [Corvalán] le conozco ya detenido. Pero podía haber conocido a Ramiro en Chile, porque su padre había sido compañero de colegio de mi padre. Su madre había sido compañera del centro de alumnos de mi padre. Su tía era la madre de una amiga mía. Pudimos habernos conocido en Chile, pero nos conocimos aquí.

¿Hacia qué país se dirige cuando sale de Chile?

Hacia Alemania. Vivo primero en Alemania; después llego a España en el 87. Estoy hasta el 93. Del 93 al 96 vivo en Inglaterra, que fue el periodo que estuve en libertad entre la detención y el juicio. Después ya he vivido aquí.

¿Qué relación hay con Cuba?

Muy intensa porque René tiene un contacto en el Departamento América. Es René quien nos abre las puertas para comercializar el producto que nosotros vendíamos allí. Paso largas temporadas en Cuba durante el periodo especial [se acabaron las ayudas tras el fin de la URSS]. Fue un momento delicado para Cuba. Aprendí a querer y a respetar ese país y a su gente.

Una de las teorías que tratan de explicar que la policía española les vincule con ETA en el secuestro de Revilla es que Cuba les traiciona.

No hablaría de Cuba en términos generales, hablaría de la gente de Raúl.

¿De Raúl Castro?

Sí, de hecho lo planteo en el documental: René se había vuelto una persona molesta, se había vuelto molesta para Chile. Él tenía una excelente relación con Barba Roja Piñeiro. Barba Roja también se había vuelto molesto para Raúl ante una eventual sucesión de Fidel. Se alinearon los planetas para sacar a René Valenzuela de circulación, que era la persona a la que le tenían miedo. El tiempo ha demostrado que había una relación importante entre el CESID [antiguo CNI] y Cuba. También entre el CESID, Cuba y Chile. El CESID trabajó en la formación de los nuevos servicios de inteligencia chilenos. Es evidente que en el año 92 se alineó todo para sacar a René de circulación.

Asegura en el documental que el gobierno de Patricio Alywin, el primero tras la salida de Pinochet, está preocupado por la actitud del MIR.

El objetivo era René Valenzuela.

¿Era un jefe militar del MIR?

René Valenzuela fue durante mucho tiempo un alto cargo del MIR, tanto en el aparato de inteligencia como en el militar. Había que sacarlo de circulación. Esa fue la decisión que se adoptó y daba lo mismo que cayera con quien cayera.

Sabía de su pasado cuando entra en contacto con ellos en Madrid.

Por supuesto. Nunca lo he negado. Lo que siempre me ha generado serias dudas es que las personas que terminan detenidas, aparte de mí, hayan tenido algo que ver realmente con esto [el secuestro de Revilla]. Alexis vivía en España, pero no vivía en cualquier sitio de España, vivía en Madrid. Atenta contra cualquier lógica operativa que una persona participe en su propia ciudad en una actividad de estas características.

Emplea gran parte del documental en defender su inocencia en el secuestro de Revilla. Sostiene que la época en la que se celebra el juicio era una época difícil con atentados y secuestros, en la que la justicia no era todo lo precisa que debía ser, que a usted le condenan con pruebas circunstanciales.

Absolutamente. Solo hay una prueba y es circunstancial: que Ramiro Silva dice que participé, pero nunca lo ha dicho ante un tribunal. Lo dijo en sede policial. Y cuando la causa estaba secreta lo declara ante el juez [Carlos] Bueren, pero nunca en presencia de nadie.

Pero usted prestó su coche.

A Ramiro, sí.

Y fue a la casa a medir su perímetro.

Sí. Lo que no sabemos es si esa casa fue realmente la casa del secuestro. Eso no lo ha declarado nadie. Ni siquiera los vascos reconocen ese sitio cuando son detenidos. No hay que olvidarse que ya se había producido un juicio en el que se condenó a Urrusolo Sistiaga y a más gente y que ellos nunca han hablado de nuestra participación.

¿Ha hablado después con Emiliano Revilla o con alguien de la familia?

No he tenido la suerte. Me hubiera gustado hablar con él, por supuesto. Lo que tuve es la suerte de conocer a Urrusolo Sistiaga hace tres meses, en Euskal Telebista. Era la primera vez que nos veíamos. Si hubiese participado, no me preocuparía asumir la responsabilidad; siempre la he asumido en mi vida. Algún día me gustaría saber cómo sucedió. No tuve participación alguna y todo lo que sé es por el sumario y la prensa.

¿Cree que la gente le cree cuando dice que no tuvo nada que ver, que su versión cala en la sociedad?

No sé si cala en la sociedad. Pero no gano nada con decirlo: no voy a recuperar un solo año ni día de los que estuve preso, ni pretendo recuperarlos. Simplemente, respetemos la verdad, y la verdad es esa. Nunca he negado haber prestado mi coche, porque no me parece correcto negar un hecho cierto. Sí, le presté el coche; cosa distinta es para qué. ¿En qué lógica operativa, en qué organización cabe que preste mi coche a mi nombre para que se participe en un secuestro? Eso es un poco absurdo, porque hasta el último atracador de una farmacia sabe que eso no se hace así.

Un sector de la sociedad no acepta el cumplimiento de las penas, trata de imponer otra perpetua a todo lo que tiene que ver con ETA.

Hay gente que ha hecho de esto un modus vivendi. Hay gente a la que nunca voy a convencer, ni falta que hace. Les dedicaría uno de los titulares de ‘Mongolia’: “Contra ETA vivíamos mejor”. Porque contra ETA vivían mejor. No saben vivir en paz. 

Supongamos que participó de alguna forma en el secuestro. Le juzgaron, condenaron y cumplió la condena. Está limpio. Ha cumplido con la sociedad.

Claro.

Tiene derecho a rehacer tu vida, a ejercer su profesión.

Por supuesto.

Pero está esa condena permanente, una cadena perpetua.

Los que se abanderan en la Constitución para hacer su planteamiento no se han leído la Constitución ni la entienden, ni la aceptan. Artículo 25 de la Constitución: las penas tendrán como finalidad la reeducación y reinserción del penado. Artículo 1 de la Ley General Penitenciaria: Nadie podrá ser discriminado en función de haber cumplido una condena. ¿Qué legalidad defiende esta gentuza? ¿Cuál es el constitucionalismo que defienden? ¿Conocen el artículo 24, conocen el 18, conocen el 25? Seguro que no.

Esto afecta también a presos de ETA que han cumplido condenas de 30 años.

En este país hay gente que ha cumplido mucha cárcel. Mucha cárcel. Y no es suficiente. Para determinada gente, no es suficiente.

Pero eso es ilegal.

Es ilegal y es, sobre todo, inconstitucional. Háblele a esa misma gente de revisar los crímenes del Franquismo. Lo primero que te sacan es la Ley de Amnistía. Una amnistía que, en criterios internacionales, no es válida porque fue una auto-amnistía.

Es lo que le pasa a Otegui, independientemente de la opinión que nos merezca. Él ha cumplido su condena.

Sin duda, y, además, la última condena por un delito de opinión.

¿Sufrió torturas cuando estuvo detenido?

Sí, claro.

Creo que no tiene una buena opinión de Baltasar Garzón.

No tengo buena opinión en algunos temas; en otros, sí. Él no tiene una legitimidad…

Considera que no ha sido activo en la denuncia de torturas.

Si nos fijamos en las condenas de la Comisión contra las torturas en la ONU, todas las correspondientes a la segunda mitad de la década de los 80 y de la del 90, se corresponden con personas que pasaron por su juzgado. A Garzón le falta dar un paso, pedir disculpas a las personas que vio que habían sido maltratadas o torturadas; decir: no actué correctamente. Cuando él asuma esa parte de su vida, ya no tendré ningún problema con él.

¿Está usted entre esas personas?

No comparecí ante Garzón, comparecí ante Bueren.

Y Bueren no hizo nada.

Nadie lo hacía.

Sale de la cárcel en diciembre de 2002. Mantiene una vida discreta hasta el juicio por los atentados del 11-M, que le pone en el disparadero.

Durante la fase de instrucción pasé desapercibido. En el juicio mantengo una postura, que es la que llevó al final a la condena de 21 de los acusados, que no gusta a un sector de la prensa, a los que llamamos los conspiranoicos, y empieza una campaña en mi contra que aún no ha cesado.

Fue uno de los abogados de la acusación y conoce el caso: ¿hay más cosas que no sabemos entre la teoría de la conspiración y la sentencia?

Sí creo que hay cosas que no sabemos y que tienen que ver, sobre todo, con la responsabilidad del Estado. ¿Por qué el Estado, que sabía que existían esas amenazas no hizo nada? ¿Por qué el Estado que sabía que éramos objetivo de los islamistas no tradujo las cintas de las intervenciones telefónicas? Lo que lo que no sabemos no le va a gustar a los conspiranoicos. Ellos sostienen que ha sido ETA. No hay una sola prueba que nos lleve hacia ETA. En el 11-M no hay agujeros negros. Lo que hay son chapuzas. Como las hay en todas las causas. Si un sumario de mil folios tiene diez chapuzas, ¿cuántas tiene uno de 500.000 folios?

Uno de los errores fue dejar pasar la dinamita pensando que era para ETA y que a así detendrían al comando, pero acabó en manos de los islamistas.

Bueno, las entregas controladas tienen eso, pero en este caso el problema era más estructural. Para toda la comarca minera de Asturias había solo dos guardias civiles encargados de la vigilancia de los polvorines. Eso es un fallo estructural del Estado.

Y no había traductores de árabe para las cintas de las escuchas.

No. Esta gente estaba siendo investigada por el Juzgado Central Cuatro en una causa que se archiva el 12 de marzo. ¿Por qué se archiva? Nunca lo hemos sabido. ¿Quiénes estaban siendo investigados? Sí lo sabemos. Hemos perdido la reapertura de esa causa y nos la han denegado. Había unas transcripciones telefónicas en árabe. ¿Qué decían? 

El comportamiento de los terroristas del 11-M, que son anteriores al nacimiento del Estado Islámico, no se corresponde con lo que hemos visto en París y Bruselas. No murieron en el atentado. Quizás pensaban morir en otro posterior.

Murieron en Leganés.

Los conspiranoicos afirman que se les eliminó.

Cualquiera que tenga memoria se acuerda de la tarde del 3 de abril cuando Telemadrid, que no se caracteriza por ser de izquierdas, y menos en esa época, interrumpe sus transmisiones para retransmitir en directo lo que estaba pasando en Leganés. ¿Qué es lo que están diciendo? ¿Que hubo un montaje, que nos lo hemos tragado todos, incluidos los vecinos de Leganés? Es tan absurdo como que lo intentaron en el juicio. Lo que se demostró es que estaban haciendo el ridículo.

España vota a corruptos, cree en las teorías de la conspiración y rechaza la memoria histórica.

España tiene una transición pendiente. Hay una serie de pasos que se tienen que seguir en todo proceso de transición que incluye, entre otras cosas, lo que se llama Justicia Restaurativa, Verdad, Justicia y Reparación. Aquí no ha habido libertad ni justicia ni reparación. Las víctimas de la dictadura estarían dispuestas a Verdad y Reparación. Ya no pueden esperar Justicia. Pero tienen todo el derecho a Verdad y Reparación. ¿Que tampoco va a haber reparación? Al menos denle la Verdad. Pero es que ni eso.

Se podría llegar a entender que un partido en el gobierno y unos medios de comunicación afines mantuvieran la estrategia de “ha sido ETA” para no perder las elecciones del 14-M, pero sostener la mentira durante años es incomprensible.

Lo que han hecho es vincular una cosa con la otra y tratar de mantener la estructura de la mentira, darle visos de realidad. El entonces embajador de Chile en España, Enrique Kraus, que fue el primer ministro del Interior de la democracia, me dijo al escuchar el grito de los manifestantes, ¿quién ha sido?: “Esto es muy grave” Lo lo que se estaba cuestionando era la información del Gobierno, encargado de nuestra seguridad.

Es también uno de los abogados internacionales de Edward Snowden. ¿Representa su defendido la rebeldía ante el Gran Hermano?

Representa la conciencia ciudadana respecto al Gran Hermano. Para él hubiese sido más fácil vivir tranquilo, cobrar su gran sueldo de analista y haber dicho: “hace años mandé un informe diciendo que esto era ilegal y no me hicieron caso, pero mandé el informe”. Él adoptó una decisión consecuente y lo va a pagar el resto de su vida.

¿Se ha arrepentido Snowden en algún momento?

Jamás.

Sabe que no va a volver nunca a EEUU.

Él tiene confianza en sus abogados, más que la que tiene el periodista que me está entrevistando [Se ríe]. Él tiene confianza en que algún día se le va a poder garantizar un juicio justo, pero también es consciente de que existe una posibilidad importante de que eso no suceda.

¿Cree que Snowden puede tener un juicio justo en EEUU?

Si se lo garantizasen con un jurado, además de una serie de garantías, podría tenerlo. EEUU es un país que cuando quiere hacer las cosas bien, las hace tremendamente bien, y cuando las quiere hacer mal, las hace rematadamente mal. En el caso de Snowden estamos en el caso de lo rematadamente mal.

La acusación contra él es grave: revelación de secreto.

Y apoderamiento de documentación propiedad del Gobierno norteamericano.

Lo mismo que el caso Manning.

Sí, y ese sería su destino.

El de Manning es cadena perpetua.

Y en condiciones de aislamiento. Manning no ha tenido un juicio justo. Porque no nos olvidemos de una cosa: lo que han hecho los dos es denunciar la comisión de delitos.

En el caso Manning por lo menos tienen la excusa de que era militar en el momento en que suministra la información.

Pero los militares no tienen la obligación de acatar órdenes ni encubrir delitos. Y esa información era delictiva.

Snowden es civil. Debería procesarlo la justicia civil, nunca la militar.

Por denunciar que nos están espiando. Es que eso es lo que a veces perdemos de vista. EEUU trata a Snowden como un traidor cuando lo que ha hecho es proteger a los ciudadanos norteamericanos, y proteger a los ciudadanos españoles.

¿Por qué unas democracias avanzadas como la de EEUU y el Reino Unido no son capaces de ver las cosas de esta manera?

La gente sí es capaz de verlo; los gobernantes, no. Eso demuestra la dislocación que existe entre quienes nos gobiernan y lo que queremos. No quiero recurrir a esa frase hecha de “no nos representan”, pero el informe Chilcot dice que Tony Blair era un mentiroso compulsivo; viene a ratificar lo que todos los ingleses sabían: un hombre que se ha enriquecido a costa de haber llevado a su país a la guerra.

¿Se podría juzgar a Tony Blair?

Ya veremos. Hay mucha gente en el Reino Unido con ganas de actuar legalmente.

Antes de entrar en la cárcel había estudiado Ciencias políticas y Economía. En prisión estudia Derecho.

Salgo licenciado en Derecho. Después había que colegiarse. El Colegio de Abogados de Madrid contestó a mi solicitud de colegiación que no reunía las condiciones éticas y morales para el ejercicio de la profesión por haber sido condenado. Me colegié en Pamplona. Hoy doy clase en el Máster de Acceso a la Profesión en el Colegio de Abogados. el mismo que decía que no reunía las condiciones éticas y morales para ser abogado. ¿Por qué no las reunía? ¿Por considerar que una persona condenada no podía ser abogado? Si los abogados no creemos en la reinserción, ¿quién cree? ¿Las hermanitas de la caridad?

La cárcel le vino bien, de alguna manera: supo aprovechar el tiempo.

Algunas personas dicen que sí. Por mucho aprovechamiento que haya hecho de la cárcel no voy a dar gracias por ese tiempo. Saqué lo mejor que podía sacar de esos momentos, pero también podría haber sacado lo peor.

A veces tenemos la posibilidad de elegir entre lo mejor y lo peor.

Fui a la cárcel llevando una mochila con una serie de valores e instrumentos que me permitieron salir mejor. Hay gente que entra en la cárcel sin esos instrumentos y sale peor. Las cárceles no están hechas para regenerar a las personas. Mucha de la gente que entra en la cárcel son los perdedores, que diría Ehrenberg. En la cárcel no entran triunfadores, entran perdedores: gente con problemas de toxicomanía, con problemas psiquiátricos. La cantidad de personas con problemas psiquiátricos en las prisiones españolas debería darnos vergüenza.

En un proceso de paz, las víctimas son las perdedoras: ya perdieron a sus seres queridos y no los van a recuperar.

Sin duda.

¿Cuál es el papel del Estado en el acompañamiento de esas víctimas?

El Estado debe hacer todo el esfuerzo posible para que sepan la verdad de lo que ha pasado, cómo ha pasado, por qué ha pasado, pero también debe ayudar a que esas personas puedan salir del círculo diabólico de victimizar a la víctima. Eso se consigue con un Estado que acompañe y ayude a solucionar las causas del problema.

¿Han acompañado a las víctimas en el proceso de duelo los distintos gobiernos en España o ha habido una utilización política de las víctimas? 

Ha habido una utilización política de determinadas víctimas, porque a Pilar Manjón la han tratado peor que a los propios autores del atentado del 11-M. Y no me refiero solo a un sector, a Pilar Manjón se le ha cuestionado hasta su condición de víctima. Aquí hay víctimas de primera y víctimas de segunda. Lo más sensato que he escuchado de una víctima se lo he escuchado a Eduardo Madina. Dijo: “por fin he podido caminar en el País Vasco, me he sentado a hablar con gente”. Me ha parecido tan preclaro su planteamiento respecto a las víctimas que me gustaría que él tuviera un rol más activo, que se le dieran más instrumentos.

Madina se bajó del coche que le destrozó la pierna con ese discurso, sin odio, lejos de la utilización política de lo ocurrido.

Es que es como tiene que ser. Todos los países que han logrado superar estas situaciones lo han hecho a través de una normalización. Podemos mirar el caso de Irlanda y el Reino Unido: han normalizado la vida. ¿Cómo lo han hecho? Pues allí, a las víctimas no se las ha utilizado, se le has ayudado. Hay una diferencia muy importante entre usar y ayudar a las víctimas.

¿Somos en España conscientes de que el mundo abertzale, o una parte significativa de él, ha dado pasos en favor de la paz?

En España se desconoce lo que pasa en el País Vasco, los esfuerzos que ha hecho la sociedad en su conjunto por buscar una vía de reconciliación, incluido también un sector abertzale en la solución de la responsabilidad que tienen. Una persona, cuando mata, cuando comete un atentado, tiene que vivir con eso. Un sector amplio ha hecho un esfuerzo por asumir esas actuaciones. Cómo se quiera valorar es una cuestión de inteligencia política.

Los programas de encuentro de las víctimas con quienes habían matado a su familiar han producido resultados, tanto para las víctimas, a las que en algunos casos les ha aliviado escuchar de boca del verdugo de su ser querido la palabra perdón, y quizá a los que mataron les ha permitido conocer el dolor de sus víctimas. Eso es un puente.

Eso es una vía. Pero hay muchas más. Lo que pasa en España es que se pone el listón cada vez más alto. Ya no basta con asumirlo, con reconocer la responsabilidad; ahora hay que pedir perdón, y, además, reparar, y, además… Cada vez se exige un requisito mayor, cuando lo que tendría que hacer es buscar un punto de conciliación.

Julio Anguita sostiene que hubo causas políticas en el conflicto vasco; otra cosa es que las herramientas utilizadas por ETA fueran criminales.

Creo que había una causa política. No es que haya surgido un grupo de sicópatas que se haya dedicado a matar. Ellos, por convencimiento político, iniciaron la vía de la lucha armada. La vía de la lucha armada tiene un coste para la sociedad, para los que la sufren y para los que la practican. Tanto las víctimas como las personas que practican la lucha armada tienen que convivir el resto de su vida con eso.

Visto con perspectiva, ETA no ha aportado nada a la democracia española.

No creo que ETA haya hecho un aporte a la democracia española. La forma de encarar el fin de ETA por parte del actual gobierno tampoco aporta nada a la democracia española.

Está también muy implicado en el conflicto palestino, fue el impulsor de la querella contra Ehud Barak, ex ministro de Defensa.

Contra Barak y contra Netanyahu, por la flotilla. Tenemos varios procedimientos en los que hemos participado. Me siento un palestino más. Les defenderé mientras se den las circunstancias de ocupación y vulneración de sus derechos. Sin lugar a dudas.

¿Cuándo es legítima la lucha armada? ¿Y contra qué objetivos?

Primero hay que dejar de lado los objetivos civiles; sean cuales sean, siempre es un error atacar civiles. Evidentemente, en una situación de ocupación… Eso lo han tenido en cuenta los tribunales internacionales. Esto no impide que determinadas autoridades en control del territorio, como Hamás, puedan cometer crímenes de guerra cuando, desde el territorio que controlan, se realizan ataques hacia población civil israelí. Eso lo he puesto por escrito. Es decir, no me he cortado un pelo en poner por escrito que es un crimen de guerra y que de él responde la autoridad en control del territorio.

¿Aún es posible la paz? Hasta la idea de los dos Estados parece vieja.

Lo que se busca hoy en día en Israel es la expulsión de los palestinos. La solución al conflicto árabe-israelí pasa por dos Estados en las fronteras del 67, que ya es una gran concesión palestina. Esa solución solo se va a encontrar entre los sectores inteligentes de los palestinos y los sectores inteligentes de los israelíes. En ambos sectores hay gente muy inteligente, y en ambos sectores también hay radicales.

Esos sectores inteligentes son minoritarios, no se les escucha.

Soy parte del comité de la FIFA para la situación palestina-israelí. Recuerdo cómo fue la primera reunión del comité, y puedo recordar la última, en la que nosotros le estamos reconociendo a los israelíes su legitimidad para ser una parte de la discusión. Ellos nos la están reconociendo a nosotros. Todos los días estamos solucionando algún problema de movilidad de jugadores entre un sitio y otro con nuestra contraparte israelí. Gente a la que respeto, profesional y humanamente, quieren encontrar la solución al conflicto; está cansada de vivir en la violencia. La mayoría de la violencia que se vive en Israel no es la que practican los palestinos, sino la que practica Israel sobre los palestinos, que empieza a molestar también a los israelíes.

Decía Guideon Levy, uno de los grandes periodistas israelíes, que Netanyahu es un peligro para su país.

Sin duda, y Netanyahu se está rodeando de gente que es más peligrosa que él. La solución es democratizar el país. Israel siempre ha vivido el discurso de que ellos son la única democracia de la zona. Pero resulta extraño que en una democracia exista un apartheid; eso es impropio de un régimen democrático. Israel tiene leyes que superan las que tenía el régimen racista de Sudáfrica.

A largo plazo, hay mucha gente que opina que la campaña de boicot y desinversión va a tener éxito. Es algo que preocupa en Israel.

La campaña BDS [Boicot, Desinversiones, Sanción] es una iniciativa que está bien encaminada, pero no creo que sea la única que haya que practicar. También hay que exigir responsabilidad. Hasta el momento a Israel siempre le ha salido gratis matar palestinos, cometer crímenes de guerra y vulnerar los derechos fundamentales de la población árabe. Mientras eso se mantenga, no tendrá incentivos para un cambio de actitud.

Después del Brexit, ya no es una locura pensar que Donald Trump gane en noviembre las elecciones presidenciales de EEUU.

No. La gente está muy loca. Has saltado del Brexit a Donald Trump. Yo diría Brexit, Rajoy, Trump. Todos hemos demostrado tener el suficiente nivel de trastorno mental colectivo como para llegar a ese tipo de soluciones.

Un EEUU presidido por Donald Trump…

Sería un EEUU peligroso. Muy peligroso. Sobre todo para sus propios valores. Una de las cosas que se pueden aprender de EEUU son sus valores constitucionales, una serie de valores tremendamente útiles que casi nunca se reflejan en la cordura de sus gobernantes. Trump sería la antítesis de los padres fundadores de EEUU.

Usted no puede entrar en EEUU.

No. De momento, he solicitado el visado y espero que me lo den.

Por su pasado.

Sí, claro.

Por haber estado condenado.

Por haber estado condenado. Como ciudadano comunitario podría ir sin solicitar el visado, pero como jurista lo que corresponde es plantear mi caso, y que ellos resuelvan si me dan el visado o no.

Si tuviera que defender a Snowden en EEUU, ¿cómo lo haría?

Tendrían que dejarme entrar; él tiene derecho a los abogados que elija.

Muchas gracias, Gonzalo Boye.

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