Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

Grande-Marlaska: “Ser sincero es muy bonito, pero asumes muchos riesgos”

Grande-Marlaska: "Ser sincero es muy bonito, pero asumes muchos riesgos"

EFE

Fernando Grande-Marlaska es sinónimo de juez y de homosexual, pero para quien lea su primer libro “Ni pena ni miedo” la figura de este bilbaíno valiente adquiere muchos más matices, se alarga hacia lo ancho y largo.

Es un hombre comprometido que se ha atrevido a hablar de su vida, de amor y de heridas familiares, pero también a expresar opiniones que no gustarán a todo el mundo. Feminismo, corrupción, nacionalismo, Iglesia, Islam, prostitución... lo toca todo.

Para esta entrevista, su marido, Gorka, me abre la puerta del piso de Chueca que ocupan desde 2004 con sus tres perros. Se ha quedado sin voz, quizás de los nervios, del fragor de estos días de presentaciones. Fernando está posando para el fotógrafo, me cuenta, y me presenta a los perros, adoptados dos y regalado uno.

El piso es precioso. Luz a raudales, una mezcla de clásico y moderno, lleno de cuadros y de sofás que invitan a leer. Nos sentamos y Gorka se va a la cocina. Más tarde, en medio de la entrevista, nos llegará el sonido de la olla exprés en plena faena.

Pregunta.- ¿Nada de pena y nada de miedo?

Respuesta.- Es un poco voluntarista el título. Eso me gustaría. Pero una dosis de pena y de miedo es importante, sobre todo de pena. Otra cosa es que esa pena te paralice y te deje sin resortes para actuar. Las decisiones que tomas dejan muescas.

P.- Las mochilas, ¿no?

R.- Tu mochilita que llevas cargada y te va construyendo. Pero que esa poquita pena que te pueda generar no conlleve miedo al futuro.

P.- En tu libro dices que el movimiento gay tiene mucho que agradecer a “las locas”. ¿En qué grado de locura te sitúas?

R.- Muy poca, soy muy sobrio, soy del norte, y la gente del norte desgraciadamente no damos rienda suelta a nuestros deseos. Pero es verdad que las llamadas “locas” son las que desde un primer momento se opusieron al “status quo”. Los demás eran silentes.

P.- Dices que has pagado peajes muy altos por ser juez y gay.

R.- Es una de las frases que pensé en quitar, pero luego dije: ¿por qué no?. Me refiero a peajes de mi vida personal, me costó ser como soy porque me costó dotarme de herramientas. Eso es pagar peajes. Por ser juez quizás he pagado menos.

Algunos de ellos los cuenta en su libro. El juez de la Audiencia Nacional mira hacia atrás de sus 54 años y relata cómo hasta los 27 no tuvo su primera relación, a los 35 conoció a Gorka, con quien se fue a vivir a los pocos días (eso sí que es amor, dice) y entonces decidió contárselo a su madre, que se metió en la cama dos semanas y estuvo seis años sin hablarle.

P.- Expresas tus opiniones a calzón quitado. ¿Temes la reacción de la izquierda o de la derecha?

R.- Temo la reacción de todo el mundo. Hasta el final del libro no eres consciente de lo que implica cuando pretendes ser sincero, te das cuenta de que ser sincero es muy bonito, pero asumes muchos riesgos. No es que la tema, pero dudas si merece la pena hacer ese alarde en la sociedad que vivimos.

P.- Leyendo el libro, lo clasificaría más hacia la izquierda. ¿Qué opinas?

R.- En líneas generales sí. Si hablamos de tolerancia al diferente, de igualdad hombre y mujer, de separación Iglesia-Estado, sí. Pero también hay elementos que no, en materia de nacionalismos, de construcción de Europa, del papel de la mujer en el Islam...

P.- ¿Prohibirías el velo en la escuela?

R.- Sí. Si soy laico, soy laico. Prohibiría todos los símbolos religiosos.

P.- Aquí unas frases del libro que levantarán ampollas: “Los nacionalismos son un concepto trasnochado”. “Las naciones son un invento”. ¿Viviríamos en un mundo mejor sin ellas?

R.- Viviríamos en un mundo mejor sin que las naciones fueran excluyentes. Lo fundamental es el ciudadano. En el siglo XIX la creación de los nacionalismos fue en detrimento del ciudadano.

P.- ¿Gastamos demasiada saliva hablando de nacionalismo?

R.- Yo creo que sí y a día de hoy lo vemos en España. Cuando se habla de derechos sociales y el primer punto de discusión es el derecho a la identidad... no lo puedo compartir.

P.- ¿Se puede ser gay y de derechas?

R.- Claro que se puede. Hace un tiempo podía haber, desde un punto emocional, una confrontación, pero yo creo que ahora ya no, en este país está aceptado.

P.- ¿Y gay y católico?

R.- Sí, y hay muchos. En este aspecto puede haber una confrontación mayor. Tienen que pelear más. Debe ser difícil para un católico escuchar dentro de la Iglesia, aunque no sea la postura más oficial del actual Papa, determinados comentarios denigratorios de la condición homosexual.

P.- ¿Te han tentado alguna vez o has pensado en meterte en política?

R.- No. A mi lo que me gusta es ser juez aunque tampoco digo que me jubilaré siendo juez. Pero tendría que ser algo de la Administración, nunca me iría a la empresa privada.

P.- ¿Qué opinas del espectáculo político español?

R.- Ha pasado casi un año de las primeras elecciones. No pueden devolver la pelota a los ciudadanos porque ya han dicho lo que querían. Ya tenían que haber aprendido en estos meses.

P.- Te voy a dar unos nombres y te pido que los definas con una palabra: Baltasar Garzón.

R.- Excompañero.

P.- Pablo Ruz.

R.- Honestidad.

P.- Carlos Dívar.

R.- Respeto.

P.- Mariano Rajoy.

R.- Profesional.

P.- Luis Bárcenas

R.- Pasado.

P.- La infanta Cristina

R.- Igualdad.

P.- Tu madre, Ángela.

R.- Referente.

P.- Tu marido, Gorka.

R.- Compañero.

P.- Tus perros, Duende, Martina y Pepa.

R.- Bondad.

Sus ojos pequeños se encienden cuando oye hablar de los cuatro últimos nombres. La entrevista acaba y el juez me enseña a su perra Martina, una galga que encontraron en un pozo medio muerta. A su lado, el “mausoleo”, bromea: una pared con las fotos de los gatos y perros que se han ido. Gorka reaparece, me despido de los cinco y le dejo que siga con sus entrevistas, sin miedo.

Etiquetas
stats