Hamás condena el muro alrededor de un campamento de refugiados palestinos en Líbano

El movimiento palestino Hamás condenó hoy la construcción de un muro alrededor del campamento de refugiados de Ain el Helu (sur), el más grande del Líbano y que está siendo erigido tras negociaciones líbano-palestinas.

“Rechazamos la política de aislamiento colectivo (de los campos de refugiados). Creemos que es un paso erróneo”, dijo Hamás en un comunicado, en el que añadió que esta medida perjudicará la vida de los refugiados.

Por otra parte, fuentes militares libanesas explicaron a Efe que la construcción de ese muro se decidió “después de negociaciones con los palestinos para evitar choques entre el ejército libanés y los refugiados”.

Según las fuentes, también se aceptó su construcción, que comenzó hace aproximadamente un mes, “para permitir un mejor control de las entradas y salidas de los grupos yihadistas, impidiendo así que provoquen disturbios en el interior y exterior de dicho campamento”.

Por su lado, el activista palestino de derechos humanos Zuheil Natur rechazó la iniciativa.

“Nos lo impusieron (el muro). No hubo ninguna consulta previa. Comenzaron a construir algunos puntos y después nos informaron de ello”, dijo Natur a Efe.

“Hay mucho descontento, no solo entre los refugiados palestinos, sino también entre los libaneses y otras personas que viven en el interior de Ain el Helu, ya que lo consideran como el muro de la vergüenza, al igual del que construyeron los israelíes en Cisjordania”, añadió.

El activista precisó también que el muro contará con cuatro torres de observación, que se construirán en la parte exterior, fuera del campamento.

Para Natur, esta construcción “complicará aun más la situación económica de los refugiados, por lo que no hay que extrañarse si se producen protestas”.

En general, la inestabilidad reina en ese campamento, localizado en las afueras de la ciudad meridional de Sidón, donde a menudo se producen choques entre los grupos rivales que combaten por su control.

Grupos yihadistas se han hecho con algunas áreas de ese campo, que también ha servido de refugio para personas buscadas por la justicia.

Sin embargo, últimamente las organizaciones palestinas han entregado a varias de ellas al Ejército libanés, que solo controla las entradas y salidas, mientras que la seguridad en su interior está en manos de los comités populares palestinos.