Henríquez de Luna tacha los congresos sin primarias de “proceso teledirigido” y llama al PP a ser “un partido abierto”

Henríquez de Luna asegura en su artículo 'En defensa de primarias en el PP', publicado por El Mundo que es “inconcebible” hablar de democracia interna “sin respetar y asegurar los derechos y libertades de los militantes”.

“Por eso, y sobre todo por eso, cobra una mayor relevancia que la decisión de elegir al presidente nacional del PP cuente con el concurso del máximo número de participantes, esto es, de todos los militantes”, señala el popular en el artículo, en el que añade que el voto de los militantes otorgaría “mayor legitimidad y difusión pública” al candidato a las elecciones.

Para Íñigo Henríquez de Luna, los que desacreditan las primarias son “los defensores del 'establishment' y del inmovilismo”, quienes en el actual clima de “inestabilidad política”, han hecho campaña “contra las primarias”.

Respecto al Congreso Nacional del PP, el portavoz adjunto del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Madrid, ha lamentado que “desgraciadamente” será “una vez más a imagen y semejanza de los anteriores”. “3.128 compromisarios, de un partido en el que presuntamente hay 900.000 afiliados, tendrán el inmenso honor y la nada desdeñable responsabilidad de elegir a nuestro presidente, que salvo mayúscula sorpresa, será el propio Rajoy”, indica Henríquez de Luna en el artículo.

En este sentido, el popular critica que el sistema de votación 'un militante, un voto', se asumiera en la conferencia del PP en julio de 2015 para que después haya quedado “en nada”. “Acaso en una promesa vacua, en una oportunista declaración de intenciones, en un espejismo en medio de una travesía por el desierto que ya dura, no 40 días, sino cerca de 40 años”, añade.

“¿A quién se quiere engañar cuando se dice que la elección por compromisarios es tan democrática como la elección directa por los afiliados?”, se pregunta el popular, para quien “no es lo mismo lo que puede pensar o votar un dirigente que vive de la política, o que aspira a ello, que un afiliado sin otras pretensiones que defender las ideas y principios por los que se afilió o lograr lo mejor para su partido”.

Íñigo Henríquez de Luna precisa que “mucha gente” votó al PP en las pasadas elecciones de mayo “no desde la ilusión y el convencimiento, sino como mal menor”

“Si el PP de verdad aspira a recuperar la ilusión de sus afiliados y de sus votantes es ineludible y urgente que cambie, que se convierta en un partido moderno, abierto y plenamente democrático, que no asambleario”, sugiere a la formación.

En este sentido, señala que si no se quiere reconocer el derecho a la participación directa de todos los militantes “hasta que no se cambien los estatutos, al menos se podría haber elevado de forma muy sustancial el número de compromisarios, aprovechando las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías”.