Hollande busca una unión internacional que no acaba de encontrar en Francia

El presidente francés, François Hollande, prosiguió hoy su ronda de contactos para buscar un frente internacional unido contra el terrorismo del Estado Islámico (EI), mientras en el plano interno se avivó la controversia política azuzada por la proximidad de las elecciones regionales.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, se convirtió hoy en el cuarto líder internacional en entrevistarse con Hollande desde los atentados del trece de noviembre, tras pasar por París horas antes de que el presidente francés viajara a Moscú para buscar el apoyo del líder ruso, Vladímir Putin.

Renzi expresó su respaldo a Francia y consideró “necesario hacer un esfuerzo más inclusivo, una coalición más amplia que persiga el objetivo de destruir al EI y sus atroces fines”.

El primer ministro italiano recordó que su país ya forma parte de la coalición contra el Estado Islámico y que sus tropas están presentes en otros frentes, pero no ofreció una mayor contribución militar a la lucha contra ese grupo yihadista.

A diferencia de lo que había sucedido unas horas antes con la canciller alemana, Angela Merkel, Hollande no hizo pública una petición de mayor compromiso militar de Roma.

Renzi obtuvo sin embargo el respaldo de Hollande en el caso de Libia, un país que ambos líderes consideraron que no debe ser olvidado para evitar, como dijo el presidente francés, que se instale allí el EI.

La sintonía entre París y Roma también quedó patente en la necesidad de buscar una “solución política” al conflicto sirio en la dinámica del llamado “proceso de Viena” de diálogo.

Para los dos líderes, solucionar el conflicto es la única manera de detener la crisis de los refugiados, que ambos consideran que debe ser afrontada “con un enfoque global”.

En este sentido, tanto Hollande como Renzi pidieron un acuerdo con Turquía para regular la llegada de refugiados a las fronteras de Europa.

Conseguir ese acuerdo el próximo domingo con Ankara, en la cumbre que se va a celebrar en Bruselas, dijo el primer ministro italiano, “sería significativo de un nuevo modelo de acogida de refugiados”.

“La única forma de acabar con el éxodo de refugiados es parar las guerras civiles en África y Siria”, agregó.

Tras recibir a Renzi, Hollande tomó el avión con destino a Moscú, el escollo más difícil de su gira diplomática, más aún después de que un avión ruso fuera derribado por Turquía cerca de la frontera con Siria.

Precisamente las diferencias con Rusia han sido, desde hace ya varias semanas, uno de los principales puntos de discrepancia de Hollande con la oposición conservadora, una batalla política que recobra brío ante la cercanía de las elecciones regionales en Francia, tras haber estado algo larvada tras los atentados.

Casi dos semanas después del mayor ataque terrorista sufrido por Francia en su historia, el expresidente Nicolas Sarkozy, líder de la oposición conservadora, volvió a ofrecer anoche un mitin en el que reiteró las críticas a Hollande, a quien reprocha no haber adoptado las medidas de seguridad necesarias tras los atentados yihadistas de enero pasado.

“Hemos dejado pasar demasiado tiempo” en la lucha contra el terrorismo, aseguró Sarkozy, que consideró que las medidas adoptadas por Hollande llegan tarde.

Sabedor de que el discurso sobre la seguridad puede hacerle ganar votos por un lado, pero puede también contribuir a reforzar a la extrema derecha de Marine Le Pen, que los sondeos dan en ascenso tras los atentados, el expresidente pidió que se abra el debate de los valores.

“Tenemos que reconstruir la Escuela, las instituciones, la sociedad, la justicia, el derecho, la política”, clamó el líder conservador, que dijo hablar “como un exmandatario que conoce bien el peso de ese cargo cuando hay un drama”.

El ultraderechista Frente Nacional (FN), por su parte, siguió centrando su campaña en la petición de reforzar las fronteras interiores, una estrategia que los sondeos revelan como rentable.