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La marcha de Hong Kong contra Pekín se desinfla entre amenazas al librero

La marcha de Hong Kong contra Pekín se desinfla entre amenazas al librero

EFE

Hong Kong —

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Decenas de miles de manifestantes se sumaron a la ya tradicional marcha del 1 de julio en Hong Kong marcada hoy por la ausencia en el último momento de uno de los libreros detenidos el año pasado por Pekín, que justificó su retirada alegando la existencia de “amenazas” hacia su seguridad.

Como cada año, la ciudad volvió a teñirse de rojo, entre banderas chinas y hongkonesas, a favor del gobierno central y en contra. El poder de convocatoria, con estimaciones de los organizadores en las 110.000 personas, resultó discreto a tenor del aforo vivido en los años anteriores.

Para algunos, el 1 julio está señalado en la onomástica hongkonesa como el aniversario de la devolución de Hong Kong a China, que hoy celebró su 19 aniversario, mientras que para otros, se trata de un día de protesta contra un Gobierno central autoritario y un gobierno local débil que no sabe anteponer los intereses de sus ciudadanos frente a los deseos de Pekín.

La manifestación de este año vino marcada por el misterioso caso de los cinco libreros desaparecidos entre octubre y diciembre del año pasado, y quienes reaparecieron meses después bajo custodia China.

Cuatro fueron liberados, pero uno de ellos, Gui Minhai, que cuenta con pasaporte sueco, sigue retenido.

La marcha en Hong Kong iba a contar con el gerente de la polémica librería -especializada en libros de la vida privada de los líderes chinos, prohibidos en el continente- a la que todos los detenidos están vinculados, Lam Wing-kee, pero éste renunció a participar apenas dos horas antes de comenzarla.

Lam regresó a mediados de este mes a Hong Kong alegando que fue secuestrado por la policía secreta china durante cerca de ocho meses y obligado a confesar en televisión de haber introducido libros prohibidos en China.

El librero optó por no acudir hoy alegando que existían “serias amenazas” hacia su seguridad personal, según anunciaron los organizadores de la marcha, el Frente Civil de los Derechos Humanos, en las redes sociales.

Lam habría sufrido persecuciones por parte de desconocidos durante los últimos días, según dijo el parlamentario del Partido Democrático Albert Ho al inicio de la manifestación.

En ausencia de Lam, la marcha estuvo encabezada por otros dos ciudadanos hongkoneses que han sufrido los estragos de los servicios de seguridad chinos, como Ching Cheong, un periodista cristiano que pasó más de mil días en prisión en China y, Lau Shanching, un activista democrático que estuvo encarcelado durante una década.

Los miles de manifestantes reivindicaron por quinto año consecutivo la dimisión del presidente del Ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun-ying, en esta ocasión acusándole de no haber respondido con firmeza a Pekín en el caso de los libreros.

“El caso de los libreros debería haber sacado más gente a la calle que la propia 'Revolución los paraguas', se trata sin duda del mayor atentado contra las libertades de Hong Kong en estos casi 20 años”, dijo a Efe Brian Chu, un abogado hongkonés que se sumó a la marcha.

En convocatorias paralelas, tres agrupaciones hongkonesas vinculadas a fuertes corrientes independentistas y antichinas, Hong Kong indígenas, el Partido Nacional de Hong Kong y Youngspiration, y que descartaron sumarse a la marcha general calificándola de “inútil”, optaron por llevar las protestas frente a la oficina de representación China en Hong Kong, fuertemente vigilada por parte de los dos mil policías que fueron desplegados durante la jornada.

Al margen de las diferencias políticas y a las puertas de cumplirse dos décadas de la entrega de la colonia a China, Hong Kong, una de las economías más estables del mundo, hace frente a otros retos que amenazan su estabilidad social, política y económica.

Por un lado encabeza la lista de ciudades desarrolladas con mayor diferencia salarial del mundo y, por otro, sigue entre las ciudades con el precio de la vivienda más elevado del planeta.

La cada vez más patente penetración de China en el quehacer diario de Hong Kong y la brecha social y política que dejó abierta la “revolución de los paraguas”, las históricas protestas en defensa de la democracia que sacaron a las calles a miles de ciudadanos en 2014, serán puestas a prueba el próximo 3 de septiembre, cuando se celebren las elecciones al Parlamento del Hong Kong.

Se trata de los primeros comicios que afectarán al sistema político de Hong Kong desde las históricas manifestaciones, cuyas secuelas están dibujando un panorama político más heterogéneo en la excolonia, con la introducción de nuevas fuerzas políticas, algunas a favor de la independencia de Hong Kong y otras más moderadas en sus críticas hacia el gobierno de Pekín.

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