Joaquín Berao cree que una joya “no es moda, debe ser atemporal”

Joaquín Berao revolucionó el mundo de la joyería hace décadas con piezas inspiradas en formas orgánicas, y hoy en día su éxito vende la mitad de su producción en Japón, un mercado “exigente” que aprecia el 'made in Spain' y sus diseños: “Una joya no es moda, debe ser atemporal”, sentencia.

Berao comienza 2013 con buen pie, ha trasladado su tienda de Madrid a un espacio diseñado por él mismo, en el que ha ideado desde los muebles hasta el suelo, y acaba de presentar en Japón y en España su nueva colección, a la que ha bautizado como “Deneb”, inspirada en las estrellas.

“Antes me encontraba en solitario, mis piezas no eran nada comerciales, pero ahora mismo hay muchísima gente haciendo cosas muy diferentes”, reconoce en una entrevista con Efestilo este diseñador madrileño, fiel testigo de la evolución que ha sufrido la joyería en las últimas décadas.

Los inicios de Berao se remontan a los talleres de joyería clásica que poblaban Madrid en los sesenta, donde aprendió el oficio de joyero, y que abandonó para probar suerte en Londres, ciudad cosmopolita en la que se dio cuenta de que en la joyería había encontrado “un lenguaje” con el que “expresarse adecuadamente”.

De vuelta a España y a medio camino entre la joyería tradicional y la escultura, Berao comienza a hacer encargos para amigos y durante una feria de artesanía en Ibiza se da cuenta de que había escogido “el camino adecuado”, cuando presenta una colección “muy orgánica”, que compra íntegramente los almacenes Bloomingdales.

Este joyero madrileño sigue teniendo el éxito que marcó sus comienzos, sobre todo en el extranjero, junto a sus tiendas de Madrid y Valencia, cuenta con puntos de venta en Milán y en el distrito tokiota de Aoyama, así como en los prestigiosos almacenes Mitsukoshi, ubicados en el barrio de Ginza (Tokio).

Su éxito en el país del sol naciente provienen del sello 'Made in Spain', tradicionalmente asociado a la “mano de obra calidad”, y en el carácter atemporal que trata de imprimir a cada una de sus piezas, porque una joya no debe ser “como una prenda de moda”, sino algo que perdura “con el paso del tiempo” y que además, combina con distintos estilos, añade.

“Deneb”, una estrella 250 veces más grandes que el sol y de tono azulado, ha sido el 'leitmotiv' de su nueva colección, inspirada en esta ocasión en el firmamento y como alegoría de “lo eterno y lo atemporal”, explica.

La forma estrellada aparece en anillos, pendientes y pulseras, hechos en metales preciosos como la plata o el oro blanco, y combinado con piedras preciosas como el diamante, de distintos colores.

Aunque ahora trabaja primordialmente con metales y piedras preciosas, en sus más de cuatro décadas en la profesión le ha dado tiempo a trabajar con materiales como el cobre o el titanio, que “mutan” de color con el calor del fuego o patinas para envejecer.

Berao también ha ido cambiado con el paso del tiempo, prueba de ello es el peso que ha ganado la colección dirigida para el público masculino: “El hombre se adorna cada vez más, antes sólo tenía un par de gemelos y un alfiler de corbata, pero hoy en día cada vez utilizan más pulseras o colgantes”, ha especificado.

El joyero se ha ido amoldando al paso del tiempo, como también lo ha hecho su clienta media, que “cada vez está más informada y sabe lo que quiere”, un salto importante teniendo en cuenta que España, por su historia, no tiene una tradición de joyería como el resto de países de Europa.

Además de joyas, Berao también realiza esculturas y objetos para distintos usos como cajitas, por eso se siente “más cerca del trabajo de artista que del artesano”, y por eso también trata de abordar cada uno de sus trabajos con la máxima de Brancusi, quien decía que “la simplicidad es la complejidad resuelta”, añade.

Por Celia Sierra