Juez acepta denuncia contra el expresidente de otra estatal brasileña

La Justicia brasileña aceptó hoy la denuncia de la Fiscalía contra el expresidente de la empresa estatal Eletronuclear Othon Luiz Pinheiro da Silva y exdirectores de 13 empresas, entre ellas las constructoras Andrade Gutierrez y Engevix.

Todos ellos fueron acusados por el Ministerio Público de haberse beneficiado de supuestos desvíos de dinero público en los contratos de construcción de la central nuclear Angra 3, detectados en el marco de una investigación que surgió de las averiguaciones que se hacen sobre un escándalo de corrupción en la estatal Petrobras.

Los contratos para la construcción de la tercera central nuclear brasileña fueron adjudicados por Eletronuclear, una subsidiaria del grupo eléctrico Eletrobras, a varias de las mismas empresas acusadas de desviar recursos de Petrobras y, según las autoridades, el método usado para desviar el dinero fue el mismo usado en la petrolera.

Según la Policía, las empresas privadas implicadas en la red de corrupción obtenían contratos amañados con las estatales, inflaban los valores y repartían parte de esas diferencias con los políticos que amparaban esas corruptelas.

Por el escándalo de corrupción en la petrolera estatal también se investiga a medio centenar de políticos, la mayoría de ellos de la base que apoya a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.

El método usado por la red que operó en Petrobras se extendió a otras áreas del sector público e hizo “metástasis” en la estatal Eletronuclear, según lo definió el Ministerio Público.

Los fiscales detectaron diversas irregularidades en los contratos para la construcción de Angra 3, entre ellas formación de cartel, fraude en licitaciones y pago de sobornos a empleados de la estatal a cambio de favoritismo en la concesión de obras.

El expresidente de Eletronuclear, en concreto, fue acusado por el Ministerio Público de recibir 4,5 millones de reales (1,1 millones de dólares) en coimas.

Las supuestas irregularidades en Eletrobras son investigadas desde abril, cuando el expresidente de la constructora Camargo Correa Dalton Avancini confesó que las obras de Angra 3 fueron adjudicadas a empresas que ofrecieron sobornos a dirigentes de Eletrobras y del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el principal aliado del Gobierno de Rousseff.