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Juzgan esta semana a 3 etarras por el asesinato del policía Eduardo Puelles

Juzgan esta semana a 3 etarras por el asesinato del policía Eduardo Puelles

EFE

Madrid —

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La Audiencia Nacional juzgará entre el martes y el miércoles a tres miembros del “comando Otazua” de ETA -Iñigo Zapirain, Daniel Pastor y Beatriz Etxeberria- por el atentado con bomba lapa en el que murió el inspector jefe de la Policía Eduardo Puelles, el 19 de junio de 2009 en Arrigorriaga (Vizcaya).

Tanto la Fiscalía de la Audiencia Nacional como la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y el Sindicato Profesional de Policía (SPP), que representa a la viuda e hijos de Puelles, piden para cada uno de los acusados 45 años de cárcel por un delito de asesinato terrorista (30 años) y estragos (15).

Reclaman además una indemnización de 200.000 euros para la esposa del policía, Francisca Hernández y Sotelo, y de 150.000 para cada uno de los hijos del matrimonio, así como que se prohíba a los tres presuntos asesinos residir en Bilbao y acercarse a las víctimas durante 10 años una vez que cumplan la pena.

Según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, Zapirain, “Aritza”; Etxebarria, “Kot”; y Pastor, “Txirula”, formaron en 2006 el “comando Otazua” y se dedicaron, entre otras actividades, a anotar las matrículas de los vehículos aparcados en las inmediaciones de la Comisaría de Policía en el barrio de Indatxu (Bilbao) por si en alguna ocasión los identificaban en otro lugar.

En 2008, durante una cita en el barrio de La Peña, “Txirula” detectó un vehículo del que recordaba la matrícula y comprobó que lo conducía Puelles, que además era vecino de un familiar suyo.

Comenzaron entonces a vigilarle y, tras descubrir que cambiaba de coche con frecuencia, localizaron uno de los vehículos controlados por el comando: un Opel Astra gris, que Puelles estacionaba en un párking del barrio de Santa Isabel en Arrigorriaga.

Los etarras planearon colocarle una bomba lapa en los bajos y el día señalado, a finales de 2008 o principios de 2009, Pastor colocó al vehículo el artefacto explosivo mientras los otros dos vigilaban.

El artefacto sin embargo no llegó a estallar y pasados unos días los tres acusados procedieron a retirarlo.

Más tarde, dejaron de ver el Opel Astra en el citado aparcamiento y en su lugar detectaron un Citroën C4, del que anotaron la matrícula y comprobaron que era un vehículo que Puelles también utilizaba, por lo que le colocaron una bomba-lapa “modificando el dispositivo de movimiento por uno de mercurio para evitar que resultase nuevamente fallido”.

En la noche del 18 al 19 de junio, colocaron el artefacto compuesto por 200 kilos de cloratita y 200 gramos de pentrita.

En esta ocasión, Etxebarria condujo en su coche a sus compañeros hasta el lugar en el que estaba estacionado el vehículo y mientras Zapirain y Pastor insertaban la bomba en los bajos -en un hueco entre el depósito de combustible, el eje trasero y la rueda de repuesto- y lo sujetaban con bridas, ella se quedó vigilando.

Por la mañana, sobre las 09.05 horas del 19 de junio, Puelles arrancó su coche, “activándose el artefacto explosivo, que estalló, sufriendo un shock por quemaduras que le causó la muerte”.

A causa de la explosión, el automóvil del policía quedó destruido y calcinado y la onda expansiva afectó a una decena de vehículos aparcados en las inmediaciones.

En febrero de 2011 fue desarticulado el comando Otazua y en el registro de sus domicilios se hallaron sustancias para la fabricación de artefactos explosivos, dos bombas lapa y documentos manuscritos de Pastor sobre explosivos con alusiones a “matrículas de txakurras, guardaespaldas y cipayos”.

Los miembros de este comando, uno de los más activos tras la ruptura en 2007 del alto el fuego que ETA proclamó en 2006, acumulan ya varias condenas que suman más de 80 años de cárcel.

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