Kenia pacta con ACNUR la repatriación segura y voluntaria de los refugiados somalíes

El alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), António Guterres, anunció hoy un pacto con el Gobierno de Kenia para permitir la repatriación “segura” y “voluntaria” de los refugiados somalíes que se encuentran actualmente en el campamento de Dadaab.

El campamento, que las autoridades kenianas pretendían desmantelar al considerarlo un foco de reclutamiento de yihadistas, permanecerá abierto hasta que se consiga crear las condiciones “necesarias” en Somalia para que los refugiados puedan volver con total seguridad.

“No hay un plazo establecido” para la repatriación, precisó Guterres en una rueda de prensa ofrecida en Nairobi, donde se reunió con el presidente keniano, Uhuru Kenyatta, para abordar el futuro de Dadaab.

En abril, Kenia dio un plazo de tres meses a ACNUR para que reubicara a los refugiados del campamento, donde el 93 por ciento son somalís que huyeron de la hambruna y la violencia de su país de origen.

Guterres insistió en que “Somalia ahora no cuenta las condiciones necesarias para acoger a los refugiados de forma segura”, por lo que ACNUR ya trabaja conjuntamente con los Gobiernos de Somalia y de Kenia para crearlas.

“No es solo una cuestión de seguridad, también hay que garantizar que puedan tener una vida digna. Por eso estamos preparando un proyecto conjunto para seleccionar las áreas adonde los somalís, de forma voluntaria, puedan regresar”, añadió.

Además, recordó que la repatriación de refugiados no es un problema al que se deba enfrentar Kenia a solas, sino que afecta a toda la comunidad internacional.

“Las repatriaciones tienen un coste muy elevado”, apuntó Guterres, quien insistió en que la comunidad internacional tendrá que ayudar para financiar la vuelta a casa de los refugiados.

El lunes el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, anunció durante su visita a Kenia una partida adicional de 45 millones de dólares para financiar las necesidades básicas, así como la repatriación voluntaria de los refugiados en suelo keniano.

“Muchos de los refugiados somalís quieren volver a casa. Es nuestra obligación hacer todo lo que esté a nuestro alcance para permitirlo, contribuir al desarrollo del país y asegurar el futuro de los niños”, añadió.

ACNUR también anunció que trabajará con Kenia para mejorar las condiciones de seguridad en el campamento de Dadaab, situado al este del país muy cerca de la frontera somalí.

“En Dadaab hay una grave inseguridad y es importante restablecer la situación”, aseguró Guterres, quien agregó que ACNUR apoyará a las autoridades kenianas para lograrlo.

La masacre en la Universidad de Garissa, donde a principios de abril el grupo yihadista Al Shabab mató a casi 150 estudiantes, llevó al Gobierno a escuchar las voces de algunos dirigentes políticos del norte del país que sostienen que los radicales reclutan terroristas en Dadaab.